La impaciencia del corazón de Stefan Zweig

La impaciencia del corazón - Stefan ZweigUngeduld des Herzens - Stefan Zweig

Sinopsis

En los albores de la Gran Guerra, el teniente Anton Hofmiller recibe una invitación para acudir al castillo del magnate húngaro Lajos von Kekesfalva, cuya hija, que sufre parálisis crónica, se enamora del joven oficial. Hofmiller, que sólo siente compasión por la joven Edith, decidirá ocultar sus verdaderos sentimientos y le hará tener esperanzas en una pronta recuperación. Llega incluso a prometerse con ella, pero no reconoce su noviazgo en público. Como un criminal en la oscuridad, Hofmiller se refugiará en la guerra, de donde regresará como un auténtico héroe. La impaciencia del corazón—hasta ahora conocida entre nosotros como La piedad peligrosa—es sin duda uno de los mejores libros de Zweig, un sobrecogedor retrato de la insondable naturaleza humana que atrapará al lector desde la primera página.

¿Por qué me decidí a leerlo?

Una amiga que buscaba una novela concreta de Stefan Zweig me lo comentó, y empecé a ver por todas partes novelas de este escritor (pero no la que necesitaba mi amiga). Antes ni siquiera me sonaba su nombre. Como ella, que había leído otras de sus novelas, me había hablado muy bien del autor, decidí leer algo de él. Según la sinopsis, esta es una de sus mejores obras, así que parecía la mejor opción para empezar.

¿Mereció la pena?

Me he llevado una decepción. No es que sea mal escritor, ni mucho menos, pero la trama no me ha gustado especialmente. Además, pensaba que la sinopsis contaría lo que pasa al principio, y a partir de ahí avanzaría, pero no. Es un resumen muy breve de la historia, aunque sin contar qué pasa justo al final. Y claro, como tenía esa idea equivocada, me parecía todavía más lenta la trama y con menos interés, porque ya sabía cómo acababan las dudas del protagonista. Tampoco me ha gustado que lo narrara en primera persona, y el que lo cuenta sea una persona que conoce la versión del teniente (y tiene una memoria prodigiosa como para acordarse de todos los detalles). Creo que, si hubiera sido más coral, con cada personaje explicando lo que siente y por qué hace lo que hace, lo hubiera disfrutado más.

Aparte de la trama, tampoco era capaz de sentirme identificada con lo que le pasaba al protagonista y algunos de los otros personajes. Supongo que mi problema era no compartir ciertos razonamientos. Por ejemplo, el de «el honor por encima de todo». Esa forma de pensar me parece hasta demasiado anticuada, siendo la época de la historia poco antes de la Primera Guerra Mundial, pero igual así era en la sociedad austrohúngara. Por la forma de expresarse me recordó un poco a Wilkie Collins, y por eso me imaginé que la historia podía mejorar, con el médico teniendo malas intenciones, pero qué va. Es una historia sobre la piedad, o más concretamente el tipo de piedad que el autor llama «impaciencia del corazón». A mí me parecía más bien intentar evitar, de la manera más fácil y rápida, seguir sintiendo compasión.

Tampoco entendía por qué es más duro saber que alguien te ama y no corresponderle que amar a alguien y que no te corresponda. El que ama seguro que pasa más tiempo pensando en el otro, así que tiene más tiempo para sufrir. Y mucho menos entendía por qué es razonable que un hombre (en esta novela son tres) se case con una mujer porque se siente en deuda. Parece que las únicas capaces de amar son las mujeres, los hombres no. Y, además, ellas lo hacen sin medida, lo dan todo por ellos. Mientras que ellos son todo compasión y “sin mí qué sería de ella”. Incluso podría parecer que uno de los mensajes es que alguien “tullido” no puede ser amado, ni “osar” ser amado. Entiendo que Edith, siendo tan infantil y caprichosa, no resulte demasiado atractiva, pero no por su invalidez.

Lo que sí que describe muy bien son los cambios de opinión de Anton, que parece una veleta. Con tanto cambio me daban ganas de estrangularlo. Varía según con quién esté o cómo evolucione la situación. Se excede siendo compasivo, aunque parece que siempre se decanta por actuar en función de lo que pensarán de él. Pero claro, con esa forma de actuar y mintiendo a todo el mundo para tratar de quedar bien, lo único que hace es complicarse la vida, cada vez más, y no sabe salir de los problemas sin huir. Los personajes que más me gustaron fueron la prima de Edith y uno de los superiores de Anton, que además me parecen desaprovechados. Incluso Edith me gustó más que Anton, y eso que la pobre parece bastante insufrible, con sus cambios de humor.

¿A quién se lo recomiendo?

A los que les gusten historias donde no pasa realmente mucho, y se tratan temas como el honor, la compasión, los problemas que trae ilusionar a los que te dan lástima, el deber, la culpa…

Ritmo de lectura

Lento, pasan pocas cosas y el protagonista me parecía muy cargante. Solo al final, cuando aparece un superior que le quita un poco los pájaros de la cabeza y se aceleran los acontecimientos me pareció más amena.

¿Leerías algo más del autor?

No sé, igual sí, porque puede que otras historias sí que me gusten. Me gusta como escribe, pero no me ha convecido la trama ni las conclusiones que se derivan de la historia.

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