Un crimen bretón de Jean-Luc Bannalec

Un crimen bretón - Jean-Luc BannalecBretonisches Gold - Jean-Luc Bannalec

Sinopsis

Unas salinas donde ronda la muerte, un oscuro secreto y un comisario de ciudad que ha sido desterrado a una pequeña población de la Bretaña francesa. Un crimen bretón es el tercer caso del comisario Dupin, protagonista de la serie de novela policíaca que ya se ha convertido para muchos en la lectura imprescindible de cada verano.

Es bien sabido, dicen los viejos bretones, que el olor intenso de la flor de sal provoca alucinaciones. Y eso es justamente lo que el comisario Georges Dupin cree tener cuando alguien trata de matarlo mientras estaba visitando las salinas de la península de Guérande.

Carece de sentido; nadie, excepto su amiga, la periodista Lilou Breval, sabe que estaría allí. Por hacerle un favor y, sobre todo, para alejarse del aburrido papeleo de la comisaría de Concarneau, Dupin accedió. Tras el tiroteo, sin embargo, la periodista no responde a sus llamadas, y poco después la dan por desaparecida.

Aunque las salinas de Guérande quedan fuera de su jurisdicción, y la comisaria Sylvaine Rose, decidida a defender su terreno, no le deja trabajar a su gusto, Dupin empieza una investigación sembrada de cadáveres, coartadas falsas, rencillas personales, conflictos de intereses… y antiguas leyendas bretonas.

La serie del comisario Georges Dupin se ha convertido en un fenómeno editorial en su país de origen, Alemania, donde ya lleva vendidos más de 2.000.000 de ejemplares gracias a una combinación mágica: un misterio a la manera clásica, un comisario huraño, tenaz y amante de la buena mesa, y las peculiares costumbres y leyendas de una hermosa región: la Bretaña francesa.

¿Por qué me decidí a leerlo?

Porque ya conocía esta serie, y aunque nunca me ha apasionado, sí que me gusta leer las andanzas del comisario Dupin. Ni siquiera me leí la sinopsis, decidí leerlo porque es el tercero, que todavía no había leído.

¿Mereció la pena?

Pues sí, lo he disfrutado mucho. Igual es porque los otros me los leí hace tiempo y no me acuerdo, pero de los tres que he leído este es el que más me ha gustado (por ahora). Y Dupin me ha caído muy bien, que no sé si es porque ya ha aceptado que le toca vivir en Bretaña o por qué, pero, aunque sigue siendo un gruñón, me ha resultado muy simpático. Le gusta trabajar solo. O, mejor dicho, trabajar a su aire mientras sus colaboradores realizan otras tareas. Y en este caso, por investigar fuera de su jurisdicción le toca trabajar con otra comisaria que es exactamente igual que él. Así que eso le sirve para darse cuenta de sus propios defectos. La relación entre estos dos «condenados a entenderse» me ha gustado. Y me encantaría que volviera a aparecer esta comisaria, Sylvaine Rose, en alguna otra novela.

Por la sinopsis puede parecer que es una historia con mucha acción, pero realmente no tiene tanta. A mí me parece más bien reposada, al ritmo del comisario, que solo se da prisa para dar órdenes a su secretaria, que es una auténtica joya. Sin salir de su despacho es capaz de organizarle la vida, quitarle los marrones de encima y aportarle toda la información que necesita en un tiempo récord. Y gracias a ella es capaz de ir entendiendo a los bretones, que son muy suyos. Esa idiosincrasia de los habitantes de la Bretaña francesa es casi como si fuera otro personaje de la trama. En este caso se centra mucho en la sal, un auténtico orgullo para ellos, casi como el oro (de ahí el título original, que significa «oro bretón»).

Aparte del misterio que está bastante bien, aunque a veces con la sal se pone un poco (demasiado) técnico, el libro merece la pena por las descripciones de los paisajes y de la comida. Dan ganas de ir allí y visitar la costa, las islas, las ciudades… Y comer, aunque probablemente todos los platos tienen demasiadas calorías. Dupin es un amante de la buena comida, así que durante la investigación le acompañamos en sus nuevos descubrimientos o en los platos que ya ha degustado, pero que tiene que repetir porque son deliciosos. También es muy importante para él el café, que es una clara adicción, aunque podría ser simplemente un efecto placebo.

¿A quién se lo recomiendo?

A los que ya conozcan al comisario Dupin, porque merece la pena leer esta historia. Y a los que quieran conocerle, sería mejor empezar por el primero, El misterio de Pont-Aven, porque hay pequeños detalles que se refieren a los dos libros anteriores. Pero tampoco es imprescindible seguir el orden.

Ritmo de lectura

Me gustó y me enganchó tanto que me lo leí muy rápido, incluso en las partes más técnicas sobre la sal.

¿Leerías algo más del autor?

Sí, estoy deseando leerme el cuarto. Eso sí, me resistí a leerme el avance de Un cadáver en Port du Belón que incluía la versión digital (en papel no sé si también viene).

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