Sinopsis
Priam Farll es el más reputado pintor de Inglaterra: célebre por sus cuadros sobre policías y pingüinos, es adorado por el público y la crítica. Tímido como un cervatillo, nadie conoce su aspecto, pues lleva años viviendo en el extranjero junto con su criado Henry Leek, un granuja de tomo y lomo. Un día regresa a Londres de incógnito, y Leek tiene el mal detalle con su amo de fallecer súbitamente de pulmonía. El doctor que certifica la muerte confunde a Leek con Priam Farll, y pronto la noticia corre como la pólvora: el gran pintor ha muerto. Farll ve el cielo abierto y decide no sacar al mundo de su error: finge que es Henry Leek, y hasta asiste a su propio entierro en la abadía de Westminster. Es entonces cuando entra en escena una pizpireta viuda de Putney, Alice Challice, que estaba prometida en matrimonio por correspondencia con Leek, y con quien Farll se aliará para luchar contra las adversidades de la vida moderna.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Me llamó la atención porque el título era parecido a Enterrado por placer de Edmund Crispin. Y vi los dos libros muy seguidos, si no, igual ni me hubiera fijado. Al leer la sinopsis me decidí a leerlo porque parecía divertido y porque el protagonista es un tímido crónico, que es un tipo de personaje bastante raro de encontrar.
¿Mereció la pena?
Sin darme cuenta, empecé a leer el prólogo/resumen y pensé que era el comienzo del libro. Y ese resumen me pareció más divertido que el libro en sí. Que no es que no sea divertido, pero condensado en menos palabras me divertía más. Aunque normalmente no me gustan nada los prólogos que te desvelan el libro, y en cuanto me parece que cuentan demasiado dejo de leerlos, en este caso lo leí entero.
Como decía, es divertido, pero me esperaba que lo fuera mucho más. La historia sí que me parece bastante original. Un hombre famoso, pero que se oculta y por eso le consideran un excéntrico, aprovecha la oportunidad de fingir ser otra persona y así que no le molesten. Él simplemente quiere llevar una vida tranquila pintando, sin presiones, ni distracciones por la fama, ni problemas cotidianos… Para eso tenía a su criado, que le deja “tirado”. Más que tímido, parece que tenga fobia a relacionarse con la gente, y, sobre todo, a que le obliguen a hacer lo que no quiere. Lo que más raro me pareció es que llevara mucho peor hablar con hombres que con mujeres, cuando normalmente los tímidos se bloquean más con el sexo contrario (o con el sexo que les interesa romántica o sexualmente).
Esa fobia social o timidez le lleva a no sacar a los demás del error, y claro, luego es mucho peor y ni le creen. De ahí el autor saca un montón de anécdotas bastante divertidas. Lo más gracioso es cuando no se acuerda de que ya no es el gran pintor y es un simple criado, o sus reacciones ante lo que dicen o hacen otros tras su “muerte”. Mención especial merece la parte en la que lee en los periódicos que todo el mundo está devastado por su muerte, pero cuando pasea se extraña porque no ve esas muestras de dolor. Todo el libro parece una crítica al mundo del arte, del periodismo, de la vida moderna…
Lo que menos me gustó fue el “tufillo” machista, por el trato del autor hacia las mujeres. Tiene un personaje, Alice, que me parece muy bueno. Una mujer resolutiva, que ni se inmuta ante sucesos que pueden trastornarle la vida y que sabe lo que quiere. Lo malo es que su deseo sea casarse a toda costa, cuando en principio no necesita para nada un marido. Solo parece que lo quiera como adorno. Por supuesto a Priam le viene muy bien. Igual que cuando tenía criado, tiene a alguien que le resuelve (en parte) los problemas en los que se mete.
¿A quién se lo recomiendo?
A los que quieran leer una historia amena y tengan curiosidad por saber el desenlace de la historia.
Ritmo de lectura
Creo que un ritmo medio, al final con más interés (y más rápido) por saber cómo podía acabar la historia.
¿Leerías algo más del autor?
Pues no lo sé, en principio creo que sería difícil encontrar algo más de él. Y tampoco me muero de ganas por leer algo más…