El Día de las Bibliotecas Públicas es un buen momento para contar que también me gustan estos lugares. Aunque ha sido un amor discontinuo. Me empezaron a gustar de muy pequeña, luego lo dejé porque mi biblioteca municipal se me quedó pequeña y ahora he vuelto a ellas. En parte por la gran cantidad de libros que me quiero leer (esto de hacer reseñas es un vicio).
Desde la antigüedad, antes de que existieran lo que hoy conocemos como libros, ya existían lugares para guardar papiros y manuscritos. Además, eran centros de cultura y aprendizaje, por lo que se podían llamar templos de conocimiento. La mayoría de estas bibliotecas tuvieron que soportar ataques o descuidos que destruyeron gran parte o la totalidad de su contenido, y también se fueron abandonando.
Hoy en día, por suerte, casi en cualquier parte podemos encontrar bibliotecas públicas, que desarrollan una gran labor acercando los libros a la gente. Pero en sitios muy pobres sigue siendo difícil tener acceso a los libros. En uno de los barrios más marginados de Bhopal (India), el Centro de Educación Estatal donó 25 libros y organizó un concurso. Este concurso lo ganó una niña de 9 años, que desde entonces gestiona esa pequeña biblioteca que ya tiene 119 libros (la noticia es de 2016, así que espero que haya seguido aumentando). Cuando abre la biblioteca a las cuatro de la tarde, muchos niños esperan impacientes para leer o que les lean los cuentos.
Actualmente las bibliotecas tienen muchas actividades para fomentar la lectura, sobre todo entre los más pequeños. En mi época no recuerdo que hubiera cuentacuentos o campañas especiales, más bien recuerdo todo lo contrario: en la biblioteca de mi colegio me obligaban a escribir un resumen para “comprobar” que me había leído el libro. Opté por pasarme a la biblioteca municipal cercana a mi colegio, donde no me pedían nada de eso. Actualmente también es muy fácil sacarse el carné de la biblioteca (por lo menos en la Comunidad de Madrid), y te lo dan inmediatamente. Pero en mi infancia no, cuando me apunté en la biblioteca municipal me dijeron que tenía que esperar 15 días. Entre mi madre y yo le debimos dar pena al bibliotecario, porque me hicieron un carné provisional para que pudiera sacar mis dos primeros libros. Me hizo muchísima ilusión.
También quiero hablar un poco de los bibliotecarios, que habrá de todo, pero lo mejor es encontrarte a los que fomentan la lectura y se nota que les gusta su trabajo. Como la bibliotecaria que me hizo este último carné, que le hizo mucha ilusión que me lo sacara, y me contó todas las ventajas de la biblioteca. Entre ellas, la de: «si no te gusta, puedes devolverlo y no te has gastado el dinero». Lo raro es que todavía no he devuelto ningún libro sin terminar, parece que me siento obligada a llegar hasta el final.
HOLA 🖐️🙂, me gustó me gusto mucho tu columna sobre el tema de los libros y las bibliotecas a lo largo de la historia, desde ALEJENDRIA , las bibliotecas antiguas… , Estoy haciendo un juego de mesa sobre el tema..