En la Antigua Grecia el Ágora era la plaza donde los ciudadanos se reunían, entre otras cosas, para hablar y discutir, y nada mejor que comenzar las reflexiones de nuestra particular ágora que por los libros.

La primera definición de libro me encanta y ya la he visto compartida en muchos sitios, así que probablemente le pasa a más gente. Me parece que este proverbio hindú resume muy bien lo que un libro puede llegar a ser:

Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora.

Y este otro proverbio árabe me parece una idea también muy bella (aunque no todos los libros quepan en un bolsillo):

Un libro es como un jardín que se lleva en el bolsillo.

Thomas Carlyle fue un historiador, pensador y ensayista inglés que pensaba que:

Los libros son amigos que nunca decepcionan.

En esto igual no estoy tan de acuerdo, algunos libros te pueden decepcionar y mucho, pero lo que sí que creo es que ninguno es una pérdida de tiempo, incluso si no lo terminas. Siempre te aporta algo.

La siguiente frase sobre el libro se atribuye a los hermanos Álvarez Quintero, dramaturgos y poetas españoles:

Amigo de los amigos, huésped de predilección, eres amigo y maestro, confidente y confesor; compañero en las vigilias, en la pereza aguijón; en la soledad, recreo, y en los caminos mentor.

Sobre los beneficios para la mente, muy buena esta frase de Paul Auster:

Un libro no acabará con la guerra ni podrá alimentar a cien personas, pero puede alimentar las mentes y, a veces, cambiarlas.

Aunque parezca un poco superficial también tienen un valor estético, como dijo o escribió en su momento Harriet Beecher Stowe:

Los libros no se han hecho para servir de adorno: sin embargo, nada hay que embellezca tanto como ellos en el interior del hogar.

Existen más frases sobre los libros, pero aquí solo os he traído mi pequeña selección. Y como esto es un ágora, espero que también nos contéis qué son para vosotros los libros.