Obviamente. Sin amar la lectura no podría existir esta página web. Y es el tema perfecto para empezar esta categoría, que va a ir reuniendo lo que amamos, sin complejos ni reservas.
Leer para mí es casi como respirar, en cuanto veo unas letras me entra curiosidad por saber qué significan. A veces dejo de leer porque me aburre o porque no lo entiendo al estar en otra lengua (si ya es en otro alfabeto hasta me molesta no ser capaz ni siquiera de intuir de qué va).
También dejo de leer porque el texto sea algo privado, como mensajes en el móvil, pero se me van los ojos si sujetan el móvil muy cerca de mí, y me tengo que recordar que no debería hacerlo para apartar la mirada. Recuerdo una noche, pidiendo unas tapas en Lavapiés, que me puse detrás de dos chicas que comentaban una conversación por WhatsApp. Una le enseñaba a la otra el móvil para que viera lo que “él” le había escrito. Y yo también lo leí, porque prácticamente me lo estaba poniendo en la cara.
No sé cuándo empecé a leer exactamente, pero sí que recuerdo que cuando empecé a ir a primero de EGB la profesora nos hizo leer un fragmento del libro de texto, uno por uno, para dividirnos entre los que ya sabían leer bien y los que no. Yo leí mi fragmento, la profesora me preguntó que si lo hacía de memoria y le dije que sí, no sé si pensé que de memoria significaba que me sabía las letras o qué. Cuando mi madre le fue a explicar que yo lo había entendido mal, que sabía leer, la profesora le dijo que no me vendría mal repasar. Vamos, que no me cambió al grupo de los que ya sabían.
Creo recordar que muy bien no me sentó, pero tampoco fue tan grave, no le cogí odio ni a la profesora ni a leer. Lo que más me molestó fue la pérdida de tiempo: tanto que leer y yo repasando «mi mamá me mima»…
Gracias por esta página de los lectores compulsivos… Suerte y que podamos disfrutar juntas. Un abrazo.
Muchas gracias a ti, me encanta lo de lectores compulsivos. Seguro que disfrutaremos. Un abrazo.