Sinopsis
Una borrascosa noche de noviembre, en medio de las protestas antiamericanas en Estocolmo, alguien dispara dentro de un autobús al conductor y a ocho viajeros. Uno de ellos es un policía fuera de servicio. ¿Pisaba el lugar equivocado en el momento equivocado? La prensa pronto asocia el asesinato múltiple a la acción de un loco. Pero Martin Beck sospecha que la presencia de ese policía en el autobús no era una pura coincidencia.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Hace tiempo leí Roseanna, la primera novela conjunta de este matrimonio sueco. Me gustó y tenía pensado leer alguna más de sus novelas. Cuando vi en la biblioteca que tenían otro de sus libros, me lo llevé a casa.
¿Mereció la pena?
Sí, ha estado bien. En un determinado momento mencionan brevemente el caso Roseanna, que es el de la primera novela. Sé que lo leí y me gustó, pero no fui capaz de recordar nada de la trama ni de los policías. Así que me he sentido como si leyera por primera vez sobre Martin Beck y sus compañeros. Me ha parecido una novela muy coral, porque prácticamente todos los policías aportan algo a la investigación. Beck es el superior, pero deja una relativa libertad al resto para que decidan qué idea o pista seguir. Lennart Kollberg es más un amigo que un compañero, y se complementa bastante bien con Beck. Al principio pensé que me caería bien, pero no, me resultaba bastante irritante su forma de actuar.
Gunvald Larsson es el típico policía que no me suele gustar, sobre todo por la idea que tenía de él al principio. Luego, aunque no me parecían correctos sus métodos, sí que me gustaba que buscara justicia. Malander, Rönn, Ek… son otros policías que van apareciendo, pero reconozco que me resultaba difícil distinguirlos, o más bien recordar sus nombres. Creo que era Malander el que tenía una memoria prodigiosa, muy necesaria en una época en la que no podían hacer uso de los ordenadores. Pero igual se trataba de otro… También recuerdo alguno que era de fuera, al que mandan recorrerse las calles, hasta que se dan cuenta de que no era precisamente la mejor opción que lo hiciera él.
El misterio de la matanza en el autobús no es tipo puzle, que son los que más me gustan, porque puedo intentar adivinar qué pasó. En este caso van siguiendo las pistas que encuentran, muy lentamente, y haciendo mucho trabajo policial, encontrándose con varios “callejones sin salida”. Y teniendo que replantearse todo desde el principio. Parece un buen repaso de todo lo que tienen que hacer los investigadores: revisar casos antiguos, interrogar a mucha gente, poner las ideas en común, hacer seguimientos, identificar personas…
Y tratar de no desesperarse al ver que pasan los días y no parece que se consiga nada. También sufren un poco la presión de la prensa, se tienen que adaptar a los refuerzos que vienen de fuera, se preocupan por los compañeros (me conmovió el momento en el que Beck descubre quién es el policía asesinado, una mezcla de horror y alivio) y, además, reciben algunas quejas. El momento más surrealista fue la aparición de un policía al que todos temen porque siempre encuentra algún motivo para quejarse, por ridículo que sea. No es que sea una novela con mucho humor, pero en determinadas situaciones como la que monta este policía, o a veces gracias a la ironía del narrador en tercera persona, se relajaba un poco la historia.
En la sinopsis se comenta que hay disturbios contra los americanos, pero solamente se nombra al principio, luego tienen algo mucho más grave en lo que centrarse. Lo que sí que parece es que les influye la cultura norteamericana en ciertas cosas, y de vez en cuando usan palabras en inglés. Y también se hace referencia a Estados Unidos porque nunca se había producido una matanza así en Estocolmo, parecía algo demasiado norteamericano. Probablemente si no lo hubiera leído en la sinopsis, ni me hubiera fijado en eso. Lo que sí que me llamó la atención es que aparecen varios extranjeros: españoles, portugueses… Aunque no sé por qué me extrañó. Al ser tantas víctimas, tenían que investigar el entorno de cada una de ellas y eso hacía que tuvieran que interrogar a mucha gente.
Lo que menos me gustó fue el papel de las mujeres, además de que fueran tan pocas. O eran víctimas o simplemente eran la pareja de algún policía, y a veces se hablaba de ellas de forma un poco despectiva sin ser sospechosas de nada. El tema sexual me dejó bastante asombrada, sobre todo algo que le pasa a Kollberg, o cómo se trata el tema de la prostitución o de las mujeres con alto deseo sexual. Pero eso me pasa bastante con las novelas nórdicas. Parece que tienen una mentalidad que no termino de comprender.
¿A quién se lo recomiendo?
A quien le gusten las novelas negras centradas en el trabajo policial.
Ritmo de lectura
Un ritmo medio, no me tenía demasiado enganchada el caso, pero sí que me gustaba seguir la investigación y conocer las relaciones entre los policías.
¿Leeré algo más de los autores?
Creo que sí. Este es el tercero de las diez novelas de su saga protagonizada por Martin Beck, así que me faltan ocho.