Sinopsis
En el idílico pueblo de Fairview, Connecticut, sus habitantes llevan una vida tranquila, sin sobresaltos… Hasta que una noche, durante una fiesta, la joven Jenny Kramer sufre una brutal agresión. Pocas horas después se le administra un fármaco polémico para borrar de su memoria las secuelas del violento ataque. Durante las semanas y meses posteriores, mientras se cura de las heridas físicas, Jenny, no recuerda lo ocurrido, pero se debate entre las turbulencias de su memoria emocional… Obsesionado por el hecho de no poder encontrar al agresor, su padre, Tom, busca justicia por su cuenta, mientras la madre, Charlotte, se esfuerza por fingir que el horrible episodio no ha afectado al mundo que con tanto esmero se había construido. Los esfuerzos de Tom y Charlotte por ayudar a su hija sacarán a relucir las grietas de su vida conyugal y quedarán al descubierto las estrechas relaciones vecinales, donde nada es lo que parece… El horror se convertirá en una búsqueda sin tregua de un monstruo que ha invadido el pueblo, o lo que es peor, pueda que incluso viva entre ellos… Un thriller psicológico que nos conducirá a un desenlace tan impactante como inesperado.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Primero me fijé en el título, y enseguida quise leer la sinopsis, que fue la que me convenció. Porque siempre me atrae todo lo que tiene que ver con la memoria, cómo funciona el cerebro… Y si incluye un misterio, soy incapaz de resistirme.
¿Mereció la pena?
En conjunto sí, porque me ha parecido una trama original, con buen ritmo y me ha hecho reflexionar sobre ciertas cosas. En algunas estaba en desacuerdo con el protagonista y narrador, el psiquiatra Alan Forrester, en otras coincidía con él. Pero a veces me provocaba auténticos dilemas. Y creo que solamente si viviera esa situación concreta podría descubrir cómo reaccionaría yo, porque me entraban algunas dudas. En esta historia aparecen temas como el secreto profesional, la manipulación, las secuelas psicológicas de los traumas… Y también es muy importante lo que se hace o deja de hacer por los hijos e hijas. Todos los personajes me parecieron bastante creíbles, sobre todo cuando poco a poco se muestran sus motivaciones y conflictos, que hacen que actúen de una forma o de otra. Aunque todo lo que se conoce de ellos es algo parcial, y casi todo gira en torno a lo que le pasó a Jenny, que saca a relucir muchas cosas. En la sinopsis dice que el final es impactante e inesperado, y a mí es verdad que ciertas cosas me sorprendieron. Pero creo que el suspense y la sorpresa final se deben sobre todo a la forma de narrar de Alan. A veces se adelanta a los acontecimientos porque ya sabe todo lo que ocurrió, y otras parece que se reserva información.
Alan aprovecha también para dar su opinión, y en ocasiones se dirige a quien quiera que esté leyendo su escrito. Incluso a veces asegura que le da igual que no se entiendan sus razonamientos o justificaciones. También transcribe directamente lo que le cuentan a él otros personajes, ya sea en sesiones de terapia o en conversaciones normales. Esas partes se diferencian muy bien porque están en cursiva. (Justo al final, creo que por un fallo en la edición, en algunos párrafos lo que dice o piensa él también está en cursiva). Me gustó ese recurso para distinguir que no son suyas esas palabras, pero también me daba como sensación de distancia, a diferencia de cuando Alan narra. Creo que en parte era porque me lo imaginaba, no sé por qué, como si él hubiera grabado las conversaciones y se ponía a reproducir esos audios grabados. Me extrañaba sobre todo porque lo que cuentan esos personajes a veces eran situaciones muy duras, pero no me afectaban tanto como cuando lo contaba él. En la sinopsis no explican que la agresión brutal es sexual, y, aunque no se recree demasiado, sí que da algunos detalles desagradables.
El tema principal, o la razón por la que se involucra Alan, es por un tratamiento que hace olvidar una situación traumática, porque creen que así los pacientes no sufrirán y su recuperación será solamente física. Pero él no cree que eso ayude al paciente a curarse, porque el organismo seguiría reaccionando ante determinadas situaciones, aunque la persona no sea capaz de entender a qué se debe. Y eso les produce también sufrimiento. Esa me parecía una teoría interesante, porque a veces se pueden tener determinadas reacciones sin saber bien por qué. Si te conoces bien o recibes ayuda puedes descubrir a qué se debe la reacción, pero en estos casos no pueden averiguarlo porque no pueden acceder a esa parte de su memoria. Alan, además, quiere demostrar que todo eso sigue estando almacenado, y con su terapia cree que podrá hacer que recuerden. La autora aclara al final que no existe un tratamiento así, es una invención suya. Eso ya me lo imaginaba, porque probablemente habría oído hablar de él, pero también me parece difícil conseguir un fármaco tan selectivo. Además, creo que sería mala idea. Recordar puede ser muy duro, pero no saber qué pasó me parece que puede ser incluso peor.
¿A quién se lo recomiendo?
A quien quiera leer una historia de suspense psicológico, centrado en cómo tratar los traumas, y en cómo puede afectar a las víctimas y a los familiares.
Ritmo de lectura
Medio tirando a rápido. Aunque el ritmo es bueno, no me pareció frenético ni estaba deseando llegar al final cuanto antes.
¿Leerías algo más de la autora?
Creo que sí. He visto que también está publicada en castellano Emma en la noche, y me parece que tiene buena pinta como thriller psicológico.