Sinopsis

En las afueras del Estambul de 1985, un maestro pocero y su joven aprendiz son contratados para encontrar agua en una llanura estéril. Mientras excavan sin suerte metro a metro, nace entre ellos un vínculo casi paternofilial, una dependencia mutua que se verá alterada cuando el adolescente se enamore perdidamente de una misteriosa mujer de pelo rojo: un primer amor que marcará el resto de sus días.

El viaje de este joven hacia la edad adulta se acompasa al de una Turquía que ha ido transformándose de forma irreversible, y le sirve a Orhan Pamuk para regresar a los temas que han dominado una buena parte de su obra. En esta mezcla de fábula, relato mitológico y tragedia contemporánea, el autor vuelve a poner frente a frente las culturas de Occidente y Oriente explorando dos de sus mitos fundacionales: el Edipo Rey de Sófocles y la historia de Rostam y Sohrab, inmortalizada por el poeta persa Ferdousí en la epopeya del Shahname o Libro de los Reyes. Ambas tragedias discurren por debajo de una trama absorbente, en una novela de ideas que profundiza, entre otros temas, en la familia y la figura paterna, reafirmando al premio Nobel como uno de los grandes escritores de nuestra época.

¿Por qué me decidí a leerlo?

Siempre es un gusto leer a este autor, así que poco a poco voy leyendo toda su obra.

¿Mereció la pena?

Me ha gustado, pero no ha terminado de encantarme esta novela que nos cuenta cómo un hombre arrastra durante toda su vida una tragedia de su juventud, en la que él no se comportó de la manera adecuada, y cómo algunas de sus acciones de juventud le pasarán factura en la madurez.

El libro está dividido en tres partes, todas contadas en primera persona. Las dos primeras partes las cuenta el protagonista, y la última otra persona importante de la novela. Para mí las más interesantes son la primera y la tercera, no tanto la segunda, que se me ha hecho un poco pesada, contando todas las historias de las tragedias occidentales y orientales. Aunque también entiendo que es importante esta parte en la novela, ya que es el tema central del libro y, además, un tema recurrente de este autor. Hay muy pocos diálogos, es más bien una narración sobre lo que acontece y sobre los pensamientos del protagonista.

Me gusta mucho el autor, escribe magníficamente, pero en esta novela no me ha emocionado. Narra de una forma neutra y expositiva, pero sin la intensidad que he encontrado en otras de sus novelas y en otros de sus personajes. Para mi gusto ha metido demasiadas historias y tramas simbólicas, y eso para mí le ha restado interés.

También suele ser un recurrente en la obra de Pamuk que Estambul sea una protagonista de sus novelas, en este caso también lo intenta, pero yo creo que no lo consigue. Nos narra cómo va creciendo poco a poco desde la juventud del protagonista, creciendo de barrio en barrio, y comiéndose todos los pueblos que tiene a su alrededor. Pero no consigue que la veamos como una bella protagonista, como en otras novelas que he leído de él, y también esas partes se me han hecho repetitivas y aburridas.

El autor se sirve de dos mitos, Edipo de Occidente y Sohrab de Oriente, para construir toda la simbología que hay en la novela. En los dos casos los dos personajes no conocen a sus padres y los matan. Con ello el autor nos pone en antecedentes de lo que va a pasar en el final de la novela, así que le quita sorpresa y emoción, ya que desde la mitad del libro nos damos cuenta de que está conectando mito y realidad.

¿A quién se lo recomiendo?

A los que os guste el autor, porque, aunque esta novela no sea de sus mejores, siempre es un placer leerle.

A los que os gusten las novelas en las que se cuenta cómo lo que hacemos durante nuestra vida siempre tiene consecuencias, y pueden ser buenas o malas.

A los que os interese conocer cómo ha ido creciendo la ciudad de Estambul, barrio a barrio, pueblo a pueblo.

A los que os gusten las leyendas, tanto Occidentales como Orientales, porque cuentan las dos con todo detalle.

Ritmo de lectura

Empecé muy rápido, pero en la segunda parte ralenticé el ritmo al parecerme más pesada y aburrida. La tercera parte fue otra vez muy rápida.

¿Leerías algo más del autor?

Claro que sí.