Sinopsis
Una increíble historia de amistad, sororidad y supervivencia. La historia de las primeras 999 mujeres judías que fueron enviadas al campo de exterminio.
«Todo comenzó con las chicas», dice Giora Amir, de 91 años.
El 25 de marzo de 1942, cientos de jóvenes mujeres judías y solteras abandonaron sus hogares para subir a un tren. Estaban impecablemente vestidas y peinadas, y arrastraban sus maletas llenas de ropa tejida a mano y comida casera. La mayoría de estas mujeres y niñas nunca habían pasado ni una noche fuera de casa, pero se habían ofrecido voluntariamente para trabajar durante tres meses en época de guerra. ¿Tres meses de trabajo? No podía ser algo tan malo. Ninguno de sus padres habría adivinado que el gobierno acababa de vender a sus hijas a los nazis para trabajar como esclavas. Ninguno sabía que estaban destinadas a Auschwitz.
Los libros de historia han podido pasar por alto este hecho, pero lo cierto es que el primer grupo de judíos deportados a Auschwitz para trabajar como esclavos no incluía a combatientes de la resistencia, ni a prisioneros de guerra, no. No había ni un solo hombre prisionero en esos vagones de ganado. Era un tren de 999 chicas solteras, vendido a la Alemania nazi por una dote de 500 Reich Marks, el equivalente a 200 euros.
Sabemos que la historia está escrita por el vencedor. Casi todas las figuras poderosas en ambos lados de este conflicto eran hombres. Estas 999 mujeres jóvenes fueron consideradas indignas e insignificantes, no sólo porque eran judías, sino también porque eran mujeres. Estas chicas eran peones en un gran plan de destrucción humana, pero frustraron ese plan al sobrevivir y dejar su testimonio a sus familiares.
Este libro da voz a esas mujeres y niñas que la historia olvidó.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Me lo recomendaron y jamás digo que no a un libro de esta temática, aunque pensé que era una novela. Aun no siéndolo, me ha apetecido leerlo porque no conocía esta historia de las primeras 999 jóvenes que llegaron a aquel campo de concentración.
¿Mereció la pena?
Me ha gustado mucho, pero también he sufrido mucho durante su lectura. Como ya os he dicho, pensé que era una historia novelada, con mucho de verdad, pero también mucho de ficción. Y lo que me he encontrado es que la autora ha reunido las historias de las supervivientes, cuando se cumplían 75 años de la llegada de aquellas chicas judías, en el primer tren, a Auschwitz. No conocía la historia de estas mujeres, que ni tan siquiera eran prisioneras, ni combatientes, y que fueron compradas con engaños a sus familias, como si fueran ganado, y las convirtieron en esclavas. Seguramente fue por ser mujeres, dice la autora. A las familias no les era fácil desprenderse de los hijos, porque eran mano de obra para la familia y, además, qué mejor que llevarse a mujeres en edad fértil, para que no pudieran procrear y acabar así en parte con la raza judía.
Y el número tan especial, 999, fue simplemente porque Himmler era un descerebrado entusiasta de la astrología y de las cartas astrales. Y para Goebbels, que era otro descerebrado, fascinado por Nostradamus, el 9 era un número «culminante», y se hicieron más envíos de mujeres a Auschwitz con este número.
La autora ha hecho un exhaustivo trabajo de investigación y muchas entrevistas a algunas supervivientes. Se cree que siguen viviendo unas 80 mujeres, algunas no han querido hablar y otras, al enterarse de la publicación del libro, se pusieron en contacto con ella. Con todo este material nos cuenta la vida de estas chicas y niñas desde que salieron de su casa, y toda su estancia en el campo de concentración para ponerlo en funcionamiento. Las pusieron bajo el mando de 999 alemanas que sacaron de una prisión, entre las que había asesinas, comunistas o prostitutas. Algunas fueron buenas personas, pero muchas otras eran un horror y sufrieron todo tipo de torturas y vejaciones.
¿A quién se lo recomiendo?
A los que seáis capaces de aguantar un libro que te relata los más atroces horrores que se vivieron allí en la realidad. Porque las novelas, aunque cuenten cosas terribles y estén basadas en hechos reales, siempre piensas que no son verdad del todo, pero aquí se plasman los testimonios directos de las propias víctimas.
Ritmo de lectura
No ha sido nada rápido. He tenido que parar en muchos momentos, porque he llorado mucho durante su lectura, y otras veces tenía que parar porque no podía soportar lo que se estaba narrando.
¿Leerías algo más de la autora?
Seguro que sí.