Juana Fernández Morales, conocida como Juana de Ibarbourou (por matrimonio), nació el 8 de marzo de 1892 en Melo, Uruguay. Su padre era de Galicia, y le inculcó su amor por la tierra gallega, que influyó en su poesía y también hizo que la apodaran «la Galleguita». A los 18 años se marchó a Montevideo y nunca quiso regresar a Melo, porque para ella fue un paraíso y quería mantenerlo como un buen recuerdo. Se casó a los 20 años con el capitán Lucas Ibarbourou. Le costó acostumbrarse a vivir en la ciudad, pero Montevideo acabó convirtiéndose en «su ciudad». En 1919 publicó su primer poemario, Las lenguas de diamante, y en 1920 su primer libro en prosa, El cántaro fresco. Recibió el título de Juana de América en 1929, en un acto en el que también recibió un anillo de oro simbólico (como si se hubiera casado con América), organizado por un grupo de jóvenes poetas. En 1947 fue elegida miembro de la Academia Nacional de Letras y en 1950 presidenta de la Sociedad Uruguaya de Escritores. En 1959 recibió el Premio Nacional de Literatura de Uruguay, el primero que se otorgaba.
Más información:
https://es.wikipedia.org/wiki/Juana_de_Ibarbourou
Frases:
El cielo ostenta una limpidez de diamante.
Estoy ebria de tarde, de viento y primavera.
¿No sientes en mis trenzas olor a trigo ondeante?
¿No me hallas hoy flexible como una enredadera? (La tarde. Raíz salvaje)