Sinopsis
Movida por un sentido de culpabilidad, la exdetective privada Elena Martínez rememora un caso que investigó hace varios años y en el que sabe que contribuyó a que se condenaran a personas inocentes.
En 2010, cuando en España la fiesta del dinero fácil y la corrupción está en pleno auge, la protagonista recibe el encargo de investigar la extraña desaparición del empresario catalán Robert Solivellas. Pero por debajo de ese mar oscuro corre un río aún más tenebroso: el de la total degradación de aquellos que, escudados tras el poder económico y político, creen poder actuar en su vida personal y en los negocios con total impunidad.
Carme Riera regresa, tras Naturaleza casi muerta, a la novela de intriga con este thriller policiaco en el que, con la maestría que caracteriza su literatura, dinamita las convenciones del género negro con el humor, la ironía y la crítica social.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Porque no había leído nada de Carme Riera y quería hacerlo. Elegí este libro porque la protagonista es una detective privada, que no es algo muy frecuente.
¿Mereció la pena?
Al principio me costó bastante leer este libro. Está contado en primera persona por la exdetective, y narra un caso en el que ella cree que no estuvo a la altura. Y años después decide contarlo tal y como fue. El problema era que en cada párrafo daba demasiados detalles, de cosas que no tienen nada que ver con el caso, o se explayaba contando sus pensamientos o ideas sobre casi cualquier tema. Me recordaba a alguien que no para de hablar y salta de un tema a otro, y eso, tanto en el libro como en la vida real, me agota, y a veces hasta me agobia. Además, con esa saturación de datos me perdía. Y me sentía más perdida porque algunos lugares o costumbres justo no los explicaba, y yo en esos casos sí que hubiera necesitado más detalles. Con las expresiones y palabras catalanas no me sentí perdida porque en general las traducía o incluso las explicaba.
También tengo que reconocer que me costó leer porque al principio Elena me caía un poco mal. No solo por su forma de expresarse, tan redicha y “parlanchina”, también porque la primera impresión que me dio fue que ella sabía quién era el culpable y se había dejado sobornar o algo similar. Y eso que también me gustaba por adorar a su perro (Jimmy) o porque parecía bastante buena amiga. Una vez que me acostumbré al tipo de narración me empezó a gustar la historia y también ella. Hasta que llegó el momento cruel, que me resultó muy desagradable. Supongo que era necesario para que la trama continuara por donde lo hace, pero…
En cuanto al resto de personajes, me parecieron en general muy peculiares. Pero lo del sentido del humor no se lo encontré, no sé si porque lo que cuenta en la trama me parecía lo suficientemente duro como para no verle la gracia. O igual es que se supone que tenía que hacerme gracia el desfile de perdedores de la novela (casi nunca me hacen reír las desgracias de gente que parece patética o a la que todo le sale mal). La trama creo que está bien montada y es imaginativa. Lo que nunca me hubiera esperado es que la trama tuviera que ver con una cierta tendencia de los catalanes a la escatología (relacionado con los excrementos), empezando por los caganers y otras teorías, como el origen de ciertas palabras como petons (besos).
Me ha resultado interesante conocer otras costumbres catalanas, o saber más de algunas que ya conocía. Con sus particularidades por tener dos idiomas, que la mayoría puede usar indistintamente, o una cierta tendencia a tener muy presentes los orígenes geográficos de las personas, como si eso influyera tanto en la personalidad. O por lo menos eso es lo que da a entender la protagonista, que, siendo catalana por nacimiento, pero de padre manchego y madre gallega, achaca las diferentes costumbres que tiene o ciertos rasgos de su personalidad a sus raíces.
¿A quién se lo recomiendo?
A los que quieran leer una novela de suspense, del tipo novela negra con detective que resuelve más el caso por las circunstancias que por sus dotes. Y al mismo tiempo conocer un poco cómo es la sociedad catalana (o era hace unos pocos años).
Ritmo de lectura
Un poco lento para ser una historia de intriga. Primero iba lento porque no terminaba de engancharme, después me acostumbré a la forma de ser de la protagonista y fui más rápido. Hasta que llegó un pequeño parón por un suceso que me pareció muy cruel, y me costó un poco retomarlo.
¿Leerías algo más de la autora?
Creo que sí. Lo que más curiosidad me despierta es saber si suele escribir siempre así, o en este caso se ha debido a la personalidad de la protagonista.