Sinopsis
Clara, una joven caída en desgracia, sufre de agorafobia desde que perdió a su padre de forma repentina. Gracias a su prodigiosa cocina logra acceder al ducado de Castamar como oficial, trastocando con su llegada el apático mundo de don Diego, el duque. Este, desde que perdió a su esposa en un accidente, vive aislado en su gran mansión rodeado del servicio. Clara descubrirá pronto que la calma que rodea la hacienda es el preludio de una tormenta devastadora cuyo centro será Castamar, su señor y ella misma.
Fernando J. Múñez teje para el lector, con una prosa detallista y delicada, una urdimbre de personajes, intrigas, amores, envidias, secretos y mentiras que se entrecruzan en una impecable recreación de la España de 1720.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Fue el título el que me llamó la atención. Me apetecía leer un libro sobre una mansión donde se viven dos formas diferentes de vida, los de arriba y los de abajo, de señores y criados, y ver sus formas de vida y su día a día.
¿Mereció la pena?
Yo me esperaba más, sinceramente. En general es una novela que te entretiene, pero me ha parecido muy previsible toda ella. Y, además, esperaba muchos lances de espada y me he encontrado más lances de alcoba, que no me han resultado interesantes. Me ha parecido un poco folletín, y algunas historias amorosas no son, bajo mi punto de vista, nada verosímiles. Tampoco me ha gustado que los malos son malísimos y los buenos buenísimos, pero en un momento determinado se intercambian las tornas y los malos empiezan a ser mejores. La típica historia de amor-odio y mucha venganza.
Como positivo, que es una narración muy cinematográfica, los detalles son como para hacer una película del libro. Otra cosa positiva que he encontrado es que nos cuenta cómo se veían diferentes temas en aquella época como el racismo, la violencia de género o el feminismo, que por supuesto no tenía nada que ver con la actualidad. Me ha gustado ver cómo era la sociedad del siglo XVIII, muy clasista, muy racista y por supuesto patriarcal: las mujeres son solo meras servidoras de los hombres y, si no te casas, solo puedes hacerte monja o prostituta. Por supuesto lo mejor era ser viuda porque así te liberabas del todo.
Otra cosa también positiva del libro es la minuciosa documentación que ha hecho el autor de la gastronomía de esa época, y cómo nos cuenta lo diferente que es la comida que come el servicio de la de los señores. Y con qué detalle nos describe los platos, los aromas de la comida, el sabor… y las sensaciones que tienen los que la paladean. Dice el autor que han sido cuatro años de trabajo de documentación, sobre todo gastronómica, para el libro, pero lo ha conseguido de una manera estupenda. Hay veces que deseas comer algo tan bueno como lo que estás leyendo.
¿A quién se lo recomiendo?
A los que os gusten los libros de capas y espadas, llenos de amor, odios, venganzas…
A los que disfrutéis con las novelas donde se refleja el arriba y abajo de las clases sociales, criados y señores.
A los que disfrutéis con la comida, porque aquí se habla mucho de los buenos platos de la cocina del siglo XVIII.
Ritmo de lectura
A pesar de que es un libro muy largo, un buen tocho de más de 700 páginas, lo he leído bastante rápido, porque es un libro para entretener, y eso lo consigue.
¿Leerías algo más del autor?
Esta es su primera novela, y espero leer alguna más de él.