Sinopsis
Ingmar Bergman, cineasta y hombre de teatro sueco, ha pasado a ser ya todo un mito en la historia del cine mundial. Pero pocos son los que saben que se casó siete veces, que tuvo ocho hijos, que mantuvo relaciones amorosas, algunas célebres, y que se codeó, entre otros, con gente como Greta Garbo, Chaplin o Ingrid Bergman. Y casi nadie sabía antes de leer estas memorias cómo, a muy temprana edad, se instaló el miedo en su alma, cómo descubrió, deslumbrado, el cine, con qué problemas tuvo que enfrentarse como artista y realizador, cómo amó a las mujeres a quienes más amó y cómo la figura del padre, pastor luterano, marcó gravemente toda su existencia y parte de su obra. Al lector le sorprenderá con qué especial sensibilidad de escritor y cuánta conmovedora sinceridad ha sabido Bergman narrar estos y otros episodios de su dilatada vida.
¿Por qué me decidí a leerlo?
En mi juventud era mi cineasta favorito y todo lo que se estrenaba de él lo veía, pero no conocía su vida, y aunque no soy muy de biografías, esta sí me interesaba y mucho. Se conoce a Bergman como director de cine, pero mucho menos su faceta de escritor. Muchas de sus novelas nacieron como guion cinematográfico, pero muy pocos saben que acabaron convirtiéndose en excelentes novelas, dejando claro lo próximos que están la literatura y el cine.
Este libro se publicó en España por primera vez hace treinta años, que fue cuando lo leí por primera vez, y ahora he hecho una relectura para poder hacer la reseña, porque recordaba que me habían gustado mucho las memorias de este gran director de cine.
¿Mereció la pena?
Cuando lo leí me gustó mucho y puedo decir que treinta años después me ha vuelto a gustar. No solo por lo que cuenta sino también por cómo lo hace. Es una autobiografía clásica, en la que habla en primera persona con un tono coloquial, escribiendo incluso tacos, que es una cosa que jamás incluyó en ninguna de sus películas. No lleva orden cronológico, va alternando su infancia y juventud con relatos de su madurez o de las películas que había rodado, y de esta forma nos cuenta las ideas que él tiene sobre cine o teatro.
El autor se desnuda en estas memorias, y me ha impresionado cómo cuenta su niñez, siendo hijo de un severo pastor luterano, intolerante, neurótico y fanático religioso (como veis no se privaba de nada). Su padre le azotaba y castigaba encerrándolo en un armario ropero. Allí combatía el terror que tenía a la oscuridad con una linterna con la que iluminaba las paredes y el techo del armario. La linterna tenía una luz verde y otra roja, con las que él jugaba y así empezó a fantasear con historias que se iba inventando. Más tarde su tío le mostró un primitivo cinematógrafo, llamado “linterna mágica”, y de aquí viene el precioso título del libro. Esta relación llena de miedo que tenía con sus padres le dejaría marcado para siempre, y él pensaba que fue lo que le dejó incapacitado para poder amar, hasta que intentó remediarlo.
De su parte adulta lo que más me gusta es lo bien que se conoce. Nos enseña todos los defectos y miserias que él cree tener, y también nos muestra las heridas que tiene, muchas de las cuales piensa que no han cicatrizado, aun a pesar del tiempo pasado. Tampoco evita contarnos su vida amorosa, llena de matrimonios, divorcios, traiciones y vaivenes. Durante todo el libro se ve que es a la vez un hombre fuerte y débil. También asistimos con él a los intensos rodajes de sus películas, y a sus trabajados y apasionados ensayos de teatro, sus dos pasiones. Y lo curioso es que este hombre herido y sin curar hizo de esas heridas su forma de vivir, y se hizo muy rico y muy famoso a nivel mundial.
En estas memorias nos cuenta un poco de todo sobre su vida: lo mucho que amaba a sus actores, lo que luchó por salir adelante con un corazón tan herido; su constante insomnio; los problemas que tuvo con el fisco de su país; o sobre su contacto con Hollywood… Pero sobre todo nos habla de su férrea voluntad para intentar ser un gran artista y una buena persona. En todo el libro hay una fijación por la figura de su madre. El libro empieza con la obsesión del niño por obtener el amor de su madre y termina con un fragmento del diario de esta. Está claro que le marcó toda su vida. Por último, me gustaría decir que siempre se ha dicho de Ingmar Bergman que era un misógino, y yo, después de leer su libro y ver sus películas, no estoy de acuerdo. Creo que mira a las mujeres con ojos compasivos. Puede que sean duras y frías, pero es el fiel retrato de su madre.
¿A quién se lo recomiendo?
A todos los que les guste el cine en general, y Bergman en particular.
A los que les gusten las memorias.
A los que les gusten los temas de los que habla Linterna mágica, como son la familia y la infancia, el amor, el sexo y las relaciones de pareja, o el desorden físico y psicológico, que se tradujeron en multitud de enfermedades que el autor sufrió durante toda su vida.
Ritmo de lectura
Lo he leído muy rápido.
¿Leerías algo más del autor?
Seguramente leeré alguno de sus guiones, que acabaron siendo novelas.