Si en general nos gustan las librerías (y casi cualquier sitio que tenga libros), cuando se trata de librerías antiguas nos parece que tienen algo todavía más especial, un cierto encanto. Porque a saber cuánta gente habrá pasado por allí y cuántas situaciones se habrán producido en su interior, cuántos lectores habrán encontrado el libro que buscaban, los que se habrán llevado uno con el que no contaban, o más de los que pensaban, o los que descubrieron a un nuevo autor o autora…
No hemos elaborado un listado de todas las más antiguas, pero sí hemos querido comprobar cuál está considerada la más antigua del mundo. Y eso nos ha llevado también a conocer cuál fue la primera en inaugurarse (en Europa), y cuál es la más antigua de España. También hemos recogido información de una bastante antigua, en Madrid, que es una de las favoritas de Concha. Y que igual se podría considerar la más antigua del mundo…
La librería más antigua del mundo
Considerada así porque ha estado abierta ininterrumpidamente desde 1732, según certificó el Libro Guinness de los Récords en 2011. Se trata de la librería Bertrand de Lisboa, situada en Rua Garrett, 73-75. Cuando se inauguró, estaba situada en Rua Direita do Loreto, pero tras el terremoto de 1755 quedó destruida, al igual que toda la zona de la «Baixa Pombalina». Se trasladaron junto a la Capela de Nossa Senhora das Necessidades, y después de 18 años regresaron al barrio, pero instalándose en su ubicación actual. Actualmente se denomina Livraria Bertrand Chiado (por el barrio en el que se encuentra), para distinguirla del resto de librerías de la cadena.
Los fundadores fueron Pedro Fauré y sus yernos, los hermanos Bertrand, que le dieron el nombre a la librería. Todos ellos eran franceses. Desde su creación pasaron por allí la mayoría de los intelectuales lisboetas. Se celebraron tertulias literarias y también políticas. Actualmente, en las 52 librerías de la cadena, distribuidas por todo Portugal, se realizan numerosas actividades. Cuando la librería cumplió 285 años, inauguraron el Café Bertrand en la librería original, con una carta muy variada e inspirada en los libros.
La librería inaugurada en 1610
La librería Matras está situada en la plaza del Reynek, en Cracovia, Polonia. Carlos Fuentes la llamó «la catedral de los libros» y se inauguró mucho antes que la anterior, en 1610. Pero no la consideran la más antigua porque en 1625 cerró sus puertas, y tardó 200 años en volver a abrirse. Fue un mercader alemán, Franz Jacob Mertzenich, el que pensó que sería una buena idea vender libros en la plaza central de Cracovia. Después de su muerte el negocio no consiguió salir adelante, hasta que muchos años después se retomó. Por ella han pasado numerosos intelectuales y escritores, además de Carlos Fuentes, como Herta Müller o Houellebecq. Además, tiene una zona de cafetería, anexa a la librería, donde se puede participar en alguna tertulia.
La librería más antigua de España
Se trata de la librería Roca, en Manresa, fundada en 1824 por Pau Roca i Pujol, cuando tenía 30 años. Fue inaugurada como librería e imprenta, porque él tenía gran experiencia como impresor. Muchos de sus libros eran religiosos y se mandaban al monasterio de Montserrat. Primero estuvo situada en el número 19 de la calle Sant Miquel, frente a la iglesia del mismo nombre (destruida en 1936), dentro del casco antiguo. Después se trasladó al número 7, pero regresó al 19 en 1868, después de comprar el local de una antigua farmacia. Además del local, se quedó con todo el mobiliario. Y en las estanterías colocó los libros, que sustituyeron a los productos farmacéuticos. La librería sigue perteneciendo a la familia.
El caso curioso de la librería de San Ginés
La librería de San Ginés se encuentra cerca de la Puerta del Sol, en la esquina de la calle Arenal y el Pasadizo de San Ginés, adosada al muro de la iglesia de San Ginés de Arlés. Al parecer se inauguró en 1650, fundada por Diego Logroño (según el académico Manuel Rico y Sínobas en su libro El arte del libro en España, publicado en 1941), y continúa abierta al público, en el mismo lugar. Entonces, ¿por qué no está considerada la más antigua? ¿Es por falta de registros que aseguren que lleva tantos años abierta? ¿O porque se trata de un pequeño anexo a un edificio, es decir, parece más un puesto de libros y no una librería? Sea como sea, merece mucho la pena pasarse por allí.
Después de la fecha de su fundación, en el libro El nuevo para todos (1767), de Martín Carecedo Ardid y Cano, se hace referencia al puesto y librería de Bartholomé López, junto a la escalerilla de San Ginés. En Libreros y editores de Madrid durante cincuenta años: 1874-1924, de Gabriel Molina, se indica que la librería estuvo en manos de Ángel y Manuel Calleja, que después traspasaron a Francisco Lastra y Anastasio Moyano. En 1922 el propietario era Antonio Sánchez, y a partir de 1952 fue Luis Sanz, que la regentó durante 60 años. Los actuales dueños, los hermanos Javier y Alicia Sanz, son sus hijos.
La librería conserva la estructura original de madera, que da muchos problemas, porque se dilata con la humedad. Está formada por una pequeña librería, de muy pocos metros, con espacio para que se pueda abrir la puerta, y tener dentro una silla. Desde allí se pueden observar los libros expuestos en las mesas del exterior. Además, tiene unas estanterías exteriores, protegidas con tejas, con unas persianas que se bajan cuando se cierra la librería. Al estar los libros tan expuestos, los libreros tienen que prestar mucha atención para que no se estropeen, sobre todo por la lluvia o las heladas. En cambio, el sol afecta poco porque el pasadizo está mucho tiempo en sombra.