Sir Walter Scott nació el 15 de agosto de 1771 en Edimburgo, Escocia. Pasó mucho tiempo en la zona rural de los Borders, fronterizo con Inglaterra, tras contraer la poliomielitis, que le produjo una cojera permanente. Allí aprendió los cuentos y leyendas de la zona, y su tía le enseñó a leer. Fue un lector voraz y por su excelente memoria asombraba recitando numerosos poemas. Estudió Derecho y fue abogado como su padre, y juez de paz. Su primera obra publicada, en 1796, fue una traducción del alemán, William and Helen, Two Ballads from the German, de G.A. Bürger. Su gran interés por las baladas escocesas dio lugar a Poemas de la frontera escocesa, formado por tres volúmenes. Después publicaría otros poemas con gran éxito, como Canto del último trovador o La Dama del Lago. Cofundó una imprenta, y cuando empezó a tener problemas económicos decidió escribir novelas, para obtener beneficios. Su primera novela fue Waverley (1814), que publicó de forma anónima, y algunas de las siguientes las firmó como «Autor de Waverley«. Se le considera el creador de la novela histórica, por obras como Ivanhoe, Rob Roy, El corazón de Mid-Lothian…
Más información:
https://es.wikipedia.org/wiki/Walter_Scott
Frases:
Había algo tan cómico en su mal humor que el joven viajero, que no tenía tanta prisa por partir, no podía dejar de divertirse, especialmente al darse cuenta de que el caballero de mayor edad, a pesar de su mal genio, se reía de vez en cuando de su propia vehemencia. Pero, cuando la señora Macleuchar se unió a las risas, el anciano puso punto y final a su inoportuna alegría. (El anticuario)