Sinopsis
Trudy mantiene una relación adúltera con Claude, hermano de su marido John. Este, poeta y editor de poesía, es un soñador depresivo con tendencia a la obesidad cuyo matrimonio se está desintegrando. Claude es más pragmático y trabaja en negocios inmobiliarios. La pareja de amantes concibe un plan: asesinar a John envenenándolo. El motivo, una mansión georgiana valorada en unos ocho millones de libras que, si John muere, heredará Trudy.
Pero resulta que hay un testigo de esta maquinación criminal, el feto que Trudy lleva en sus entrañas. Y en una pirueta de triple salto mortal que parece imposible de sostener, pero le sale redonda, McEwan convierte al feto, al que todavía no han puesto nombre porque no ha nacido, en el narrador de la novela, desde la primera página hasta la última.
¿Por qué me decidí a leerlo?
De este autor había leído Expiación hace varios años y su libro anterior, La ley del menor, que me pareció estupendo. Así que cuando vi que había publicado uno nuevo no me lo pensé.
¿Mereció la pena?
Oh Dios, se lee en Hamlet, podría estar encerrado en la cáscara de nuez y sentirme rey del infinito espacio… de no ser porque tengo malos sueños.
Este es el epígrafe con el que se abre este libro de McEwan, y nos dice que esta podría ser su versión de la famosa historia del príncipe de Dinamarca de Shakespeare. Porque aquí también un heredero escucha lo que no debe escuchar sobre el asesinato de su padre, a manos de su madre y su tío, que son amantes. Esta historia tiene la originalidad de que la narra un nonato, que dice con mucho humor: «Así que aquí estoy, cabeza abajo dentro de una mujer».
Dicen los críticos que hacer que el narrador sea un feto en la tripa de su madre, es un experimento literario; y al principio cuando leí esto me dio un poco de miedo, porque últimamente rehúyo los libros que se dice que son obras maestras por ser experimentos literarios. Pero este no fue el caso, el libro me ha encantado. Me ha parecido muy original que lo haya convertido en un thriller lleno de ironía y humor inglés. Tiene trama detectivesca y comedia negra a partes iguales, pero en medio de todo esto el feto filosofa sobre lo terrenal, lo humano y lo divino. Como buen no nacido tiene muchas preguntas que hacerse sobre lo que le espera fuera, sabiendo lo que sabe sobre lo que quieren hacerle a su padre.
Lo que cuenta es un drama, pero en vez de contárnoslo en tono dramático, el autor ha decidido hacerlo en tono de humor. Hay momentos que me han parecido muy divertidos, como cuando el feto está filosofando de forma muy redicha y haciéndose preguntas que suelen ser incómodas sobre la vida, mientras su madre le pega al vino y otras bebidas alcohólicas, y les produce mareo tanto a la madre como a él. O como cuando después de esto es capaz de discernir qué clase de uva le gustan más que otras en el vino. También nos deja ver la parte más oscura de los asesinos, a los que no suaviza ni un ápice. Los muestra como borrachos, siempre predispuestos al sexo (aun en los peores momentos del asesinato), pero también apáticos y sucios.
¿A quién se lo recomiendo?
A los que les gusten las historias de adulterios y falsedades, pero con mucha retranca. Esta expresión me parece magnífica para explicar el humor de este libro.
A los que les guste como tema principal el asesinato, rodeado de otros temas de plena actualidad como es la política, la religión, el cambio climático… comentado todo por un feto y, eso sí, sin posicionarse.
Ritmo de lectura
Muy rápido. Me gustaba, me parecía entretenido, me he reído y venía de otro libro muy pesado…, así que este ha sido genial, me ha parecido buena literatura.
¿Leerías algo más del autor?
Seguro que sí.