Sin duda es una de las autoras (y autores) de libros infantiles y juveniles más leída del mundo. Escribió unas setecientas obras entre 1915 y 1968, muchas de ellas llenas de acción y suspense. Sus novelas han sido traducidas a casi un centenar de idiomas, por lo que el Index Translationum la considera el quinto autor más popular del mundo. Las ventas de sus libros han llegado a cerca de cuatrocientos millones de copias.

A Enid Blyton desde pequeña le encantaba leer, decía que sus libros favoritos eran Alicia en el país de las maravillas y Alicia a través del espejo de Lewis Carroll. Leía todos los libros de cuentos y leyendas que caían en sus manos. Empezó estudiando medicina, pero lo dejó para estudiar magisterio y cuando era maestra lo que más le gustaba era contar cuentos. Se casó y tuvo dos hijas, que recordaban, ya de mayores, cómo su madre escribía historias sin parar con la máquina de escribir encima de las rodillas, en el jardín en verano y cerca de la chimenea en invierno.

Por supuesto me he leído los libros de Los Cinco de Enid Blyton, el grupo formado por dos chicas, dos chicos y un perro que corrían mil aventuras. Una saga de 21 títulos que la autora escribió entre los años 40 y 60. Es una de las colecciones juveniles más leídas del siglo XX. Los leí como casi todos los niños que nacimos en la década de los 60 (y posteriores). Pero yo en concreto conocí a la autora antes, con la colección de seis libros de Santa Clara, que trataba sobre las aventuras de un grupo de chicas en ese internado. Las protagonistas son las hermanas O’Sullivan, a las que cambian de colegio y llegan a Santa Clara, donde van conociendo a compañeras y profesoras.
La serie de Los Cinco estaba pensada igualmente para chicos y para chicas, pero Santa Clara era para chicas. A pesar de eso, a mí en aquella época me encantaron. Lo que más me gustaba era cuando por las noches hablaban entre ellas o hacían fiestas, ya que yo como hija única siempre estaba un poco sola. Además, yo fui primero a un colegio donde los chicos y las chicas estábamos en diferentes alas del edificio, por supuesto separados incluso en los recreos. Más tarde fui a un instituto femenino, que era lo normal en aquel tiempo.
Escribió todo tipo de historias y le gustaba mucho agruparlas en sagas. Las más conocidas son las de Los Cinco y Los Siete Secretos, ambas me encantaron en aquella época. Los protagonistas eran jóvenes que formaban una pandilla para desentrañar misterios, haciendo de detectives. Aunque parezca mentira, me gustaban entonces los libros de misterio. Pero también escribió otras novelas ambientadas en internados femeninos, que era otra constante en la literatura de Blyton. Además de Santa Clara, tenía la serie de Torres de Mallory o de La Traviesa Elizabeth, aunque de esta última yo no he leído nada en absoluto.
A pesar de todo su éxito, la crítica no ha sido nunca buena con ella, la ha ninguneado constantemente y ha llegado a decir que repetía hasta la saciedad modelos narrativos y estereotipos. Digan lo que digan los críticos es admirable que Enid Blyton nos hiciera leer uno tras otro todos sus libros. Yo le estoy muy agradecida por llenar mis tardes y fines de semana de aventuras.
Enid Blyton fue uno de los pilares de mi afición a leer. Amaba a los «pesquisidores» de la serie «Misterio», después me enamoré de «Aventura» y de las series de internados de chicas.
Terminé agotando las existencias de la librería de mi pueblo, pues mi papá me compraba un libro a la semana.
Las obras de Enid Blyton y Malcolm Saville me liberaron y me hicieron crecer y confiar en medio del matrimonio mal avenido de mis papás y la pobreza. (Debo rescatar que aunque no había plata para nuevos vestidos, siempre la hubo para lo principal: los libros)