Las islas Galápagos se hicieron famosas por Charles Darwin, porque su viaje dio lugar a una gran revolución en la ciencia: la teoría de la evolución de las especies. También el escritor Herman Melville, el autor de Moby Dick y muy relacionado con el mar, llegó hasta allí en uno de sus viajes.
Las islas Galápagos, que pertenecen a Ecuador, están situadas en el océano Pacífico. Son un grupo de 13 islas grandes, 6 pequeñas y varios islotes más pequeños (unos 107), resultado de la actividad volcánica de la zona. Las islas parecen sacadas de otro mundo, con una fauna y flora que evolucionaron sin la intervención del hombre, y con grandes diferencias entre las distintas islas. Es una zona que fascina, por lo que no es raro el gran interés que suscitaron después de ser descubiertas. En 1978 fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Y desde 1985 son Reserva de la Biosfera.
Antes de que arribara Herman Melville, Charles Darwin ya había estado allí, al igual que otros. Darwin había llegado con la famosa expedición del Beagle, y, en parte gracias a las diferencias que descubrió entre los pinzones de las distintas islas, pudo enunciar su teoría de la evolución. El viaje de 5 años finalizó en 1836, pero no fue hasta 1854 cuando se publicó El origen de las especies.
Herman Melville viajó mucho, y empezó joven, pues se embarcó por primera vez a los 19 años. Recorrió los Mares del Sur, estuvo en las islas Las Marquesas, Hawai, Maui… Visitar las islas Galápagos, que también se llamaban Las Encantadas, le hicieron replantearse la relación del hombre con la naturaleza, y la civilización. Fue una visita corta, a bordo de un ballenero, pero le sirvió para escribir The Encantadas (Las Encantadas), formado por diez sketchs filosóficos, con un narrador anónimo. Estos y otros relatos los escribía porque estaba mal de dinero, ya que Moby Dick había sido un fracaso en ventas, y los publicó con el seudónimo «Salvator R. Tarnmoor».
Las Encantadas tuvieron bastante éxito, aunque cada sketch es muy diferente. En el primero, donde describe las islas, hace referencia al libro El viaje del Beagle, el diario de Charles Darwin a bordo del barco, aunque sin nombrarlo, y al parecer en el cuarto lo parodia un poco. El segundo es una descripción del encuentro con las centenarias tortugas galápagos y en el quinto relata el descubrimiento de un barco fantasma durante la guerra de 1812. En el resto habla de la fauna, de la historia de los bucaneros, o de personajes solitarios que vivían allí…
Aunque normalmente estas entradas las escribimos para dar ideas de viajes, en este caso no tanto. No porque no merezca la pena (aunque leyendo algunos de los sketchs de Melville parece un sitio demasiado inhóspito), porque debe ser una maravilla, sobre todo si te gusta la naturaleza. Sino porque se encuentran en una situación delicada, aunque hace años sí que estaban en peligro, y el turismo puede empeorar la situación. Y sería una pena perder semejante reserva de la naturaleza, que puede considerarse un museo y un laboratorio inigualables de la evolución.