Sinopsis
Ed Kennedy es un chico cualquiera en un suburbio cualquiera de una gran ciudad. Vive en un apartamento maltrecho en compañía de su perro y se gana el sueldo como taxista. Le acompaña una pandilla de amigos que poco o nada le piden a la vida, pero de repente algo pasa y Ed tendrá una misión que cumplir. Día tras día, noche tras noche, el joven irá descubriendo que el afecto, la amistad y el amor no son palabras huecas sino verbos vivos: si quieres saber, pregunta; si pretendes ayudar, actúa; si quieres cambiar, no esperes. A menudo, son los pequeños gestos los que mueven el mundo.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Hay amigos de los que cualquier recomendación sobre libros me vale, porque coincidimos en un porcentaje muy alto. Este es el caso, me lo recomendó una amiga y al final me gustó tanto como a ella. Además, de este autor ya había leído La ladrona de libros que me había gustado mucho, así que no me importaba repetir lectura del autor. Eso sí, estas dos novelas no se parecen en nada.
¿Mereció la pena?
El protagonista empieza a recibir unas cartas de juego que contienen mensajes cifrados, y, guiándose por su instinto, descubre que cada carta le lleva a cumplir una misión, para hacerle la vida mejor a personas que, por lo que sea, han perdido el bienestar en su vida. Así, cada capítulo es inesperado por la misión que debe cumplir. Al principio ayuda a desconocidos: una esposa maltratada, una anciana que perdió al marido hace años, un cura que no tiene público en sus sermones, una familia muy pobre de inmigrantes que no tienen dinero para celebrar la navidad… Después las misiones son más cercanas, para ayudar a sus amigos, y es entonces cuando los conoce más a fondo. Al final es como un superhéroe cotidiano, que lucha por causas normales y corrientes, para gente común. A través de pequeños gestos hace feliz a la gente.
A pesar de que parezcan pequeñas historias sobre gente corriente, el autor aprovecha para hablarnos de muchos temas importantes como pueden ser: la felicidad, la amistad, la familia, la autoestima, la ayuda al prójimo, la responsabilidad… También nos habla de lo importante que es en la vida encontrar lo bello en las pequeñas cosas que nos rodean. Y cómo todos somos capaces de hacer cosas que ni imaginamos, y cómo esas cosas que parecen nimias pueden ser muy importantes para otros.
Otra cosa que me ha gustado mucho del libro es la forma de narrarlo, en primera persona y hablando en muchas ocasiones al lector, incluso haciéndole preguntas como:
¿Qué harías tú? Claro que tú estás en tu casa tranquilamente y yo estoy aquí.
Esto me ha parecido muy divertido y original. El autor mantiene un ritmo perfecto entre los diálogos y la narración para que la lectura no se haga pesada. También le da mucho ritmo con descripciones, metáforas y calificativos. Es uno de esos libros que te dejan con una sonrisa en la boca al terminarlo y piensas que deberían existir más personas en la realidad como el protagonista del libro, que ayudan en caso de necesidad y que sacan lo mejor de la vida, sacrificándose si es necesario por otros que sufren.
¿A quién se lo recomiendo?
A los que les gusten las novelas que hablan de la vida cotidiana que está llena de injusticias. A los que les guste leer libros con mensaje y profundidad, pero que al mismo tiempo son sencillos. A los que les gusten los héroes, pero no de cómic, sino de los que nos rodean y existen, y que sin capa ni espada ayudan a los demás desinteresadamente. A los que les gusten los libros con humor. A los que busquen la sencillez en la literatura, porque sobre todo es un libro sencillo.
Ritmo de lectura
Muy rápido porque me enganchó desde el principio y empaticé enseguida con el protagonista, que vive en un mundo muy real. Además, es un libro divertido que a veces te hace sonreír y otras incluso soltar la carcajada.
¿Leerías algo más del autor?
He leído dos de sus libros, este y La ladrona de libros, y los dos me han gustado mucho. Por supuesto que leeré más de este australiano, hijo de austriaco y alemana que llegaron a Australia en los años 50.