Sinopsis

Cuando Billy Wilkinson, de 15 años, desaparece en mitad de la noche, su madre, Claire, se culpa a sí misma. No es la única en hacerlo. No hay un solo miembro de su familia que no se sienta culpable, y los Wilkinson están tan acostumbrados a guardar secretos entre ellos que la verdad no empieza a salir a la superficie hasta seis meses después. Claire está segura de que sus amigos y su familia no tienen nada que ver con la desaparición. El instinto de una madre nunca se equivoca… ¿O sí?

¿Por qué me decidí a leerlo?

Estaba buscando en eBiblio algún libro, y me salió este como novedad. Me llamó la atención la portada, leí la sinopsis y me apetecía leerlo.

¿Mereció la pena?

Sí, desde el principio me tuvo muy enganchada, aunque la historia no sea de las más intrigantes. Creo que me atrapó por la forma de contar lo que va pasando, en primera persona, y siendo la madre del desaparecido la narradora. Hasta las cosas que parecen más triviales me hacían desear saber qué iba a pasar a continuación. Eso sí, una de las situaciones que hacen sospechar a Claire de un familiar me resultó un poco exagerada y menos creíble que el resto, pero supongo que algo tenía que inventarse para que todos pudieran ser sospechosos. Y de vez en cuando reproduce unas conversaciones por chat bastante inquietantes, que solo conocemos los lectores, y que aumentan el suspense y al mismo tiempo te ayudan a ir comprendiendo qué pasó.

Lo más original es que empiece la historia seis meses después de la desaparición. Normalmente te cuentan qué pasa justo cuando ocurre, con la incredulidad y desesperación de esos primeros momentos, pero en este caso la autora describe cómo se siente esa familia después de meses sin saber si está vivo o no. La madre, sobre todo, es incapaz de seguir con su vida hasta no saber qué ha pasado con su hijo. Y se convierte en una obsesión intentar saber y comprender, porque duda hasta de sí misma.

Según va avanzando queda claro que es otro ejemplo de lo que puede suceder cuando se ocultan secretos y no hay comunicación. Pero lo más duro es el final, cuando esta madre se da cuenta de que no todo es lo que parece, de que los hijos crecen y no siempre actúan como esperaba según la educación que han recibido, y que toman sus decisiones sin tener en cuenta a los demás. Al final la moraleja podría ser que hay que aceptar que las cosas cambian con el tiempo, que todos tenemos nuestras razones y que nadie es perfecto.

¿A quién se lo recomiendo?

A los que les guste estar enganchados a una novela de suspense y a los que quieran conocer cómo vive una madre una situación tan extrema y conseguir salir adelante.

Ritmo de lectura

Muy rápido, para mí ha sido una de esas novelas que me cuesta dejar de leer, y solo la dejaba casi por obligación (porque hay más vida aparte de la lectura). Estaba tan enganchada que al terminar de leerlo me sentí agotada, como si hubiera hecho un gran esfuerzo físico.

¿Leerías algo más de la autora?

Seguro que sí. No sé si todas sus novelas serán así, pero merece la pena descubrirlo.