Sinopsis
Son cuatro: Nati, Patri, Marga y Àngels. Son parientas, tienen diversos grados de lo que la Administración y la medicina consideran «discapacidad intelectual» y comparten un piso tutelado. Han pasado buena parte de sus vidas en RUDIS y CRUDIS (residencias urbanas y rurales para personas con discapacidad intelectual). Pero ante todo son mujeres con una extraordinaria capacidad para enfrentarse a las condiciones de dominación que les ha tocado sufrir. La suya es la Barcelona opresiva y bastarda: la ciudad de las okupas, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, los ateneos anarquistas y el arte políticamente correcto.
Esta es una novela radical en sus ideas, en su forma y en su lenguaje. Una novela-grito, una novela politizadora que cruza voces y textos: un fanzine que pone en jaque el sistema neoliberal, las actas de una asamblea libertaria, las declaraciones ante un juzgado que pretende esterilizar forzosamente a una de las protagonistas, la novela autobiográfica que escribe una de ellas con la técnica de la Lectura Fácil…
Este libro es un campo de batalla: contra el heteropatriarcado monógamo y blanco, contra la retórica institucional y capitalista, contra el activismo que usa los ropajes de «lo alternativo» para apuntalar el statu quo. Pero es también una novela que celebra el cuerpo y la sexualidad, el deseo de y entre las mujeres, la dignidad de quien es señalada con el estigma de la discapacidad y la capacidad transgresora y revolucionaria del lenguaje. Es sobre todo un retrato –visceral, vibrante, combativo y feminista– de la sociedad contemporánea con la ciudad de Barcelona como escenario.
Lectura fácil confirma a Cristina Morales como una de las voces más potentes, creativas, inconformistas e innovadoras de la literatura española actual.
¿Por qué me decidí a leerlo?
He llegado al libro por una entrevista en la radio a Alberto San Juan, director de la adaptación teatral, que habló de lo mucho que tuvo que transformar la novela para hacer el guion y lo buenísimo que le había parecido el libro. Y según contaba cosas, a mí me iban entrando cada vez más ganas de leerlo.
¿Mereció la pena?
Ha merecido la pena muchísimo, es de lo mejorcito que he leído últimamente. Me ha encantado llegar a él de la forma en la que lo he hecho y no porque fuera un Premio Herralde o un premio Nacional de Narrativa. De eso me he enterado al terminarlo, y los premios poco me importan para leer un libro. Pero después de leer Lectura fácil me parece que se merece los dos premios. Tampoco lo he leído por el morbo de leer a una autora contra la que, por lo visto, todo el mundo ha arremetido y ha criticado, tildándola de provocadora y demagoga, de lo que también me he enterado después de leído. Así que me ha encantado llegar sin saber nada de esto y que me haya gustado tanto. Imaginaos si me ha gustado, que no me hubiera importado que siguiera contando cosas de las cuatro protagonistas, y eso que tiene 400 páginas. Para mí eso demuestra que lo he disfrutado.
Lo que más me ha gustado del libro es el humor, con mucha ironía, y la mala leche que destila a raudales la autora. Claro que ha debido sentarle mal a mucha gente su lectura, porque no deja títere con cabeza. Se trata obviamente de una autora provocadora, pero hay que entender la forma en la que cuenta las cosas, con esa ironía tan fina. Que más que remover conciencias, lo que quiere es dejar claro que una parte del mundo es así, y que cada uno de nosotros reflexionemos sobre todo lo que se dice, y en cómo lo vemos y cómo reaccionamos ante ello.
Otra cosa que me ha encantado del libro es su variedad. No está contado como un libro más, tiene mucha libertad narrativa. Así muestra un fanzine entre medias de las páginas, que es la novela de lectura fácil que escribe una de sus protagonistas; las declaraciones a una jueza de otra de las protas para intentar que no esterilicen a su prima, por lo que hay algún texto jurídico; también hay poesía; clases de baile contadas por otra de ellas… En fin, que hay una variedad que hace que sea un planteamiento distinto al de casi todas las novelas. Y, para mi gusto, lo hace muy atractivo y entretenido.
Hay muchas situaciones delirantes que hacen reír, pero no es solamente eso lo que quiere la autora. Quiere remover por dentro, haciendo una crítica irónica, sí, pero también salvaje, del mundo que hemos montado tan mal. Reparte a todo y a todos: a las instituciones políticas, a los servicios sociales, al heteropatriarcado, a la CUP, a Colau, a la PAH. Y todo esto lo hace con un hermosísimo respeto a las discapacidades y, sobre todo, a la libertad de todos los seres humanos a hacer con su cuerpo lo que quieran, aunque tengan alguna discapacidad.
¿A quién se lo recomiendo?
A los que os encanten los libros que molestan, y mucho, a la sociedad en general.
A los que seguís creyendo en la lucha por la causa feminista.
Y, sobre todo, a los que pensáis que otro mundo es posible.
Ritmo de lectura
Rápido.
¿Leerías algo más de la autora?
Me ha gustado tanto que claro que volveré a leer a Cristina Morales. Quiero leer todo lo que haya escrito, y lo que escriba de ahora en adelante.