Sinopsis
Dos amigos, un río contaminado y unas vacaciones que cambiarán sus vidas para siempre. «Seguro que eres de los que creen que saben cómo es un cadáver. Aunque jamás hayas visto la vida evaporarse de un cuerpo al morir. Seguro que eres de los que piensan que conocen la mirada de un asesino. Aunque jamás hayas cruzado tus ojos con los de uno. Seguro que eres de los convencidos de que distinguirían entre mil a aquel que un día le quitó la vida a otro. Yo también era como tú no hace demasiado tiempo, cinco, seis años atrás, cuando sucedió lo que te voy a contar. Ahora tengo diecinueve años y ya no soy del todo aquel niño de casi catorce».
Las vacaciones de Semana Santa de Tom y Martín suelen ser bastante predecibles. En la sierra, con sus familias, los amigos, las bicis, el río, la naturaleza… Nada demasiado memorable salvo el reencuentro, que les permite disfrutar de la amistad que los une desde que eran pequeños. Sin embargo, ahora, con casi catorce años; en lo que parece que van a ser sus últimas vacaciones juntos; el destino les tiene reservado algo que cambiará para siempre su percepción del mundo. Primero conocerán al enigmático hombre que vive en la casa llamada Los Rosales; después, a su hija Danae. Y la llegada de ambos provocará una sacudida en la vida de los dos amigos que los precipitará hacia una tensión desconocida y les mostrará que uno se hace mayor cuando pierde la inocencia. Y de esta forma, mientras los adultos cargan con un pasado doloroso que vuelve a ellos con intensidad, los jóvenes comenzarán a fabricar su vida y su futuro.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Me gusta este autor, del que ya he leído Tierra de campos, y del que quiero leer toda su obra y ver todas sus películas.
¿Mereció la pena?
Aunque está publicada en una colección juvenil, yo creo que esta novela vale igual para un público joven como para un público mayor, porque es una literatura muy cercana. Los jóvenes se verán más o menos reflejados en ella, pero los adultos seguro que verán trazos de su juventud, y más si, como yo, tenían un pueblo al que ir en vacaciones y findes. Una novela llena de temas universales, muy característico en la obra de David Trueba, corrupción, defensa de los ideales, relación de los adultos con los adolescentes.
Muy curiosa es la forma en la que el autor ha escrito los diálogos, insertados en los párrafos del texto, así que alguna vez me he perdido entre lo que hablaban en verdad y lo que pensaban, hasta que me he familiarizado con esta forma que ha utilizado el autor.
Muy importante el tema sobre la degradación de la naturaleza por todos los intereses creados por las grandes empresas y por los políticos. Nada les importa ni a unas ni a otros para conseguir hacer lo que quieren, ensuciarlo todo con sus derrames, expropiar a la gente con la mentira del bien común y los empleos… Y la masa que se deja engañar y se lo cree todo, siendo capaces de ir en contra de los que buscan mover a la sociedad para protestar contra los abusos.
Una novela en la que se habla de amistad, de los dos niños, y también de sus familias. Y de cómo los hijos nunca se dan cuenta de que sus padres también fueron niños y jóvenes, que también hicieron excursiones en bici, se bañaron en el río, tuvieron sus primeros amores…, porque siempre piensan que los padres hemos sido padres desde siempre.
Un libro en el que el crecimiento personal del protagonista, que nos lo cuenta en primera persona, es importante. A veces se quiere ser como los demás, no se suele estar contento con cómo se es, pero los hechos si son duros nos hacen dejar la niñez de golpe y madurar, ponernos en la piel de los demás y entenderles un poco mejor.
El libro está dedicado a su hija, supongo que David Trueba le ha querido enseñar que la vida suele ser dura, pero hay que afrontar todo lo que nos acontece.
¿A quién se lo recomiendo?
A los que no os importe que el libro vaya dirigido al público juvenil, que, por cierto, yo no lo noté en ningún momento y por eso lo he leído, así que no me arrepiento.
Ritmo de lectura
Rapidísimo.
¿Leerías algo más del autor?
Por supuesto.