Sinopsis

Pasen y conozcan a la familia Hall, un entrañable clan al borde de un ataque de nervios. El padre, George, afronta la jubilación construyendo un estudio en su jardín y haciendo la vista gorda ante la aventura extraconyugal de su esposa, Jean. Ella encuentra cada vez más complicado citarse con su amante ahora que su marido anda todo el día en casa. Para colmo, el matrimonio ve cómo sus dos hijos, el inseguro Jamie y la temperamental Katie, se han emparejado de la peor forma posible: él con otro hombre, ella con alguien que simplemente no está a la altura. A medida que se acerca el día de la boda de Katie, todos tendrán que enfrentarse a sus miedos para poner orden en sus atribuladas vidas.

Mark Haddon vuelve a mostrar su sensibilidad y humor para el retrato de personajes inolvidables con esta tragicómica historia de conflictos domésticos en la que resulta imposible no reconocerse. Una brillante combinación de humor y drama como solo el autor de El curioso incidente del perro a medianoche podía lograr.

¿Por qué me decidí a leerlo?

Hace tiempo leí El curioso incidente del perro a medianoche y al ver que era del mismo autor me entró curiosidad.

¿Mereció la pena?

Sí, me ha gustado, pero tampoco se va a convertir en uno de mis libros favoritos. Aunque tiene mucho humor, los temas que trata son muy reales y cotidianos, como el miedo a la muerte, las relaciones entre padres e hijos, o entre hermanos, la falta de comunicación, no saber qué quieres en la vida, lo difícil que es a veces elegir o ser consciente de tus verdaderos sentimientos… Para contar todo eso el autor ha creado una familia que parece tener tendencia a meterse en pequeños líos y generar malentendidos sin parar. Y cuando tratan de arreglarlo, acaban enredándolo todavía más.

La historia está contada en tercera persona, y los capítulos, que son bastante cortos, van alternando las vivencias de los cuatro personajes principales: George, el padre; Jean, la madre; Jamie, el hijo; y Katie, la hija. Cuando son situaciones en las que intervienen dos o más, los lectores acabamos sabiendo cómo lo han vivido todos los personajes que participaban. Eso siempre me gusta, poder comparar distintos puntos de vista. También hay otros personajes secundarios, como Ray, el prometido de Katie; Jacob, el hijo de Katie, que todavía es muy pequeño, y que con sus reacciones desconcierta a los adultos; Tony, el novio de Jamie; o David, el amante de Jean y excompañero de trabajo de George. Y otros que hacen breves apariciones, algunos con aportaciones bastante significativas.

Creo que el que tiene más protagonismo es George. En la sinopsis dice que se ha jubilado y que está construyendo un estudio para él, pero lo que no cuenta es que entra en una especie de depresión y se vuelve hipocondriaco. Y aunque suene cruel, esas partes en las que se imagina todo lo que le puede pasar me parecían las más graciosas, llegué a reírme a carcajadas. Lo que más me desconcertaba es que alguien con tanta imaginación hubiera tenido una vida tan tranquila y previsible hasta entonces. También Jamie es muy gracioso cuando deja que su imaginación se desborde. Pero tanto Jean como Katie son bastante más «serias», y lo que les pasaba no me hacía reír tanto. Me dio la impresión de que se le dan mejor los personajes masculinos que los femeninos.

El libro es de 2007, pero en algunas cosas, como con los móviles, parecía muy anticuado. Y también con el tema de la homosexualidad. No es que rechacen directamente a su hijo, pero parece que en esa situación (que pueda llevar al novio a la boda) no saben cómo reaccionar, aunque tampoco es que se les dé muy bien tratar a Ray. Y eso que cuentan con algo que les podría ayudar mucho: la flema británica, es decir, quedarse impasibles ante cualquier situación (y vaya situaciones). La única que no posee esa cualidad es Katie, pero ella ya conocía a Tony y está absolutamente encantada con él, así que no tiene que disimular, y es ella misma: directa y casi sin filtros.

¿A quién se lo recomiendo?

A las personas a las que les gusten las historias sobre familias, con sus pequeñas (o grandes) tragedias cotidianas, contadas con bastante humor y a veces rozando lo absurdo. Abstenerse gente hipocondriaca o que espere algo muy similar a El curioso incidente del perro a medianoche.

Ritmo de lectura

Bastante rápido, aunque en parte temía llegar al final. Porque no tenía muy claro si iba a acabar en desastre total o el autor se decantaría por un final feliz.

¿Leerías algo más del autor?

Creo que sí, aunque no sé ni si hay más libros suyos publicados en castellano.