Sinopsis
Barcelona, 1968. Rufo Batalla recibe su primer encargo como plumilla en un periódico: cubrir la boda de un príncipe en el exilio con una bella señorita de la alta sociedad. Coincidencias y malentendidos le llevan a trabar amistad con el príncipe, que le encomienda, entre otras cosas, escribir la crónica de su peculiar historia. El opresivo ambiente de la gris España franquista pronto se quedará pequeño para Rufo, que viajará a Nueva York con poco dinero, grandes esperanzas y el difuso objetivo de hacer algo emocionante con su vida.
¿Por qué me decidí a leerlo?
He leído muchos libros de Eduardo Mendoza, y de este, que es el último que ha publicado, me llamó la atención la portada, con la caricatura del gato Fritz, un héroe del cómic underground de Robert Crumb, que fue un emblema de los años 70. Es el inicio de la trilogía Las tres leyes del movimiento que recorrerá los principales acontecimientos del siglo XX.
¿Mereció la pena?
Me ha gustado, aunque quizás no tanto como otros del autor. Puede ser que esperaba más humor del que tiene, que es algo que me encanta de Eduardo Mendoza.
Primero os voy a contar una anécdota que ha contado el autor. En una recepción el Rey Felipe VI le preguntó por el título del libro que escribía y el Rey respondió: «El Rey recibe, ¿pero recibe…qué?”. Os podéis imaginar la de bromas que ha habido sobre el tema, como la de que «los Borbones siempre pidiendo».
El libro nos cuenta como unas memorias de la juventud del autor, que transcurrieron durante los años 70 y 80 en Barcelona y luego en Nueva York. Y nos muestra, porque los presenció y fue partícipe de ellos, todos los fenómenos sociales de la época, como el movimiento gay o el feminismo, y el cambio de la cultura hacia nuevas formas de expresión.
Me gusta mucho el personaje principal, ese joven barcelonés llamado Rufo Batalla, que va contando todo lo que le pasa, sin pasarle realmente demasiadas cosas, pero enganchándonos para saber qué más le puede acontecer. Conoce gente, viaja y, sobre todo, intenta formarse opiniones sobre el mundo que luego abandona enseguida, pero que nos hace viajar por toda la historia de los años 70 y 80. Y sobre todo en España en los últimos años del franquismo, con la incertidumbre que había en ese momento por saber si seríamos capaces de tener una verdadera democracia.
Por esta novela pasan personajes variopintos y algunos muy divertidos, algunos reales, otros ficticios, muy típicos de los libros de Mendoza. Hay personajes que son muy atrayentes, como el príncipe Tokuulo, aspirante al trono de Livonia, que en la actualidad es soviética, y su mujer Queen Isabela que en realidad se llama de una forma distinta; músicos y artistas de vanguardia; abogados de la mafia; un falangista muy exaltado; un filósofo alemán gay, etc.
Con bastante sarcasmo pone divertidos textos en cursiva que hacen como de intertítulos, en una prosa que no lleva separación por capítulos. Lo hace en varios idiomas y son bastante jocosos.
¿A quién se lo recomiendo?
A los fans de Eduardo Mendoza, porque, aunque no sea de sus mejores libros, siempre es muy agradable ver la maestría que tiene para contarnos historias.
A los que os guste hacer un viaje por los años 70 y 80 y todos los cambios que se produjeron en cuanto a cultura, y socialmente.
Ritmo de lectura
Muy rápido.
¿Leerías algo más del autor?
Seguramente, cuando las publique, leeré las dos novelas que faltan de esta trilogía.