Sinopsis

Escrito a ratos desde el desgarro, y siempre desde la emoción, este libro es la crónica íntima de la España de las últimas décadas, pero también una narración sobre todo aquello que nos recuerda que somos seres vulnerables, sobre la necesidad de levantarnos y seguir adelante cuando nada parece hacerlo posible, cuando casi todos los lazos que nos unían a los demás han desaparecido o los hemos roto. Y sobrevivimos.

¿Por qué me decidí a leerlo?

Me lo habían recomendado un montón de personas, así que pensé que tenía que leerlo, y también me apetecía porque no había leído nada de este autor.

¿Mereció la pena?

Cuando lo empecé y descubrí que no era una verdadera novela, me decepcionó. Me gustan los libros con una historia y aquí no la encontraba, pero según fui avanzando en la lectura me iba gustando más y más. Así que, sí, mereció la pena leer este libro autobiográfico, pero me fue atrapando poco a poco. Es una historia donde se mezcla ficción y realidad. El narrador, el propio Manuel Vilas, es un personaje más del libro. Y aunque haya ficción, está claro que muchas de las cosas que nos cuenta proceden de su propia vida, incluso hay fotografías que son de su álbum familiar.

A comienzos de 2014 murió la madre del escritor, una década después de la muerte de su padre a causa de un cáncer. Estas dos pérdidas se juntaron con el divorcio del narrador, un escritor nacido en Barbastro de 52 años, que ha conseguido dejar la bebida y se encuentra muy solo en un piso de Zaragoza. Allí le visitan sus dos hijos adolescentes, con los que tampoco se lleva precisamente de maravilla. Esta sí sería una buena sinopsis y no la que viene en el libro.

Dice el autor que cuando lo escribió quería un libro que dijera la verdad, y la ha contado navegando en su cotidianidad, contándonos la relación con sus padres fallecidos, pero también cómo era y cómo es este país. Es un gran retrato de la sociedad en España, en el que se ve que existe una relación de amor-odio del autor, como la tenemos seguramente cada uno de nosotros. Esta crónica de la España de las últimas décadas me ha encantado, y me he sentido muy reflejada en muchas cosas que comenta y que comparto con él. Las vacaciones, los coches de la época, los padres y sus formas de actuar…

Es un libro muy sincero, a mí me ha golpeado muchas veces durante su lectura. Me parece muy valiente que el autor se desnude delante de nosotros y nos cuente sus alegrías, pero sobre todo sus miserias, sin un sentido convencional de lo novelable. Aunque no está escrito como una novela tradicional, está estupendamente bien escrito. Y me ha gustado mucho que a pesar de lo brutal que es, nos demuestre que somos muy vulnerables, pero podemos ser capaces de levantarnos y tirar para adelante, aunque parezca imposible.

¿A quién se lo recomiendo?

A los que les gusten las novelas que no están escritas al modo tradicional. A los que les gusten los libros autobiográficos. A los que les guste que les cuenten la cotidianidad de las vidas de los personajes. A los que les gusten los libros donde se habla de la pérdida de los seres queridos, en este caso de los padres, pero también de la pérdida de los vivos. A los que les gusten las novelas que tratan sobre lo que podíamos haber dicho y no dijimos, y a los que sientan la necesidad de querer y ser queridos.

Ritmo de lectura

Empecé lenta porque creí que me había equivocado al elegir este libro, pero cuando me atrapó el ritmo fue ya rápido.

¿Leerías algo más del autor?

Yo jamás me cierro a ningún autor y menos cuando me gusta su último libro, así que sí.