Sinopsis
La conservadora de arte Stella da Silva es un ave nocturna, por eso agradece que la casa de subastas Claiborne’s le permita trabajar en un horario poco convencional. La luz natural puede dañar algunas obras pictóricas de valor incalculable, y, además, su concentración mejora cuando la ciudad descansa. Una noche, mientras se ocupa del más famoso óleo de Diego Velázquez —despachado en secreto a Nueva York para su restauración—, se ve obligada a interrumpir un momento su tarea y, al volver al estudio, encuentra allí un cadáver vestido como una de las figuras del cuadro. Pero al llegar la policía, tanto el cuerpo como Las meninas se han volatilizado sin dejar rastro. Stella, la última en tener acceso a él, pasa así a convertirse en la principal sospechosa. Para recuperar su reputación y su empleo, ya que Claiborne’s la despide inmediatamente, no tendrá más alternativa que tomar las riendas del caso. Pero no será la única en perseguir algo, ya que también alguien empezará a correr tras ella…
¿Es el arte una razón para vivir? ¿O un oscuro negocio por el que matar? Un thriller diferente, sofisticado, atento al detalle y, claro está, muy negro, ese color que en palabras de Kandinski «es el del silencio del cuerpo tras la muerte, el de la vida que se cierra».
¿Por qué me decidí a leerlo?
Me llamó la atención el título, porque no sabía a qué se refería. Luego ya me di cuenta de que se refería a la pintura (y no a algo relacionado con las balas). También me extrañó que hablara de Las meninas, así que me entró curiosidad y decidí leerlo.
¿Mereció la pena?
Me gustó el principio: un asesinato muy misterioso y la protagonista metida en un lío sin tener claro por qué. Aunque me extrañaba lo del Velázquez (luego se descubre algo que hace que sí que tenga sentido). El libro tiene una nota al comienzo que aclara que todo es ficción y que cualquier semejanza con la realidad es casualidad. Y al ir leyendo me acordaba de eso y pensaba: ¿de verdad alguien podría creer que esto no es ficticio? Podría parecer la típica historia de una mujer detective, que se ve forzada a investigar, pero me pareció demasiado increíble la trama, y que pasan demasiadas cosas. Si dejaba de leer un tiempo, cuando retomaba el libro ya no recordaba bien dónde estaba Stella ni por qué.
Stella da Silva es la protagonista, y cuenta todo lo que va pasando en primera persona. Como es irónica y bastante buena persona (y no hay que profundizar mucho para notar que lo es), me resultó simpática, y me pareció lo mejor de la novela. Lo que me asombró fue que una profesional de la restauración de cuadros, y experta en química, se convierta en una detective privada tan competente sin más. Capaz de huir de sus perseguidores, investigar, ganar en peleas a auténticos matones, detectar que la siguen, burlar sistemas de vigilancia, convertir cualquier objeto en un arma, detectar las trampas… Hasta tiene la «suerte» que suelen tener los curtidos en el oficio: ir descubriendo (casi) todo gracias a las casualidades y a los «avisos» de los que quieren parar la investigación.
Los personajes no son muy típicos, excepto los que aportaban poco a la trama, que solo aparecen para acabar muertos o heridos. Me pareció rara la relación con uno de los policías, Demetrius Pitt, al que retiran del caso, por su forma de «ayudarla». El jefe que tenía en la casa de subastas, Jack Ashby, es muy peculiar, como jefe y por sus extrañas prácticas sexuales. Y Garfield, el policía encargado de investigar el caso, no es el típico inútil de la policía, es que no parece nada interesado en hacer su trabajo. Parecía el típico caso de funcionario que no piensa mover un dedo sin que le obliguen, y que piensa empapelar al que le obligue (y siendo policía no lo tiene difícil). Y también me pareció inusual que la protagonista tuviera una buena amiga, Marnie.
¿A quién se lo recomiendo?
A los que les guste la pintura, la restauración de cuadros… Y a los que les apetezca leer una novela negra con una mujer como detective. Abstenerse los que quieran finales donde se hace justicia o los que no quieran historias que dejen incógnitas al final.
Ritmo de lectura
Irregular. Cuando superaba mis límites de incredulidad tenía que dejarlo y pasar a otra cosa. Si me resultaba interesante porque avanzaba el caso iba más rápida.
¿Leerías algo más de la autora?
No sé. Al parecer ha escrito más libros, pero no sé si con la misma protagonista. Stella como personaje sí que me ha gustado, así que no me importaría leer algo más de ella, sobre todo si se decide a montar una agencia de detectives.