Sinopsis
Louis Cuchas es el penúltimo de los seis hijos de Gabrielle, una mujer que trata de compaginar a sus sucesivos amantes con su puesto ambulante de fruta y verdura. Crecidos en el ambiente promiscuo y problemático del pisito en que viven hacinados, los seis hermanos intentan encontrar su lugar en el mundo. Louis, observador, hipersensible e inocente -tanto que en el colegio le llaman «el angelito»-, va dejando atrás la infancia mientras asiste maravillado a la bulliciosa vida que se desarrolla en el populoso mercado de abastos donde comienza a trabajar y en las calles aledañas; todo le atrae: sonidos, colores, imágenes, sensaciones y, en particular, las personas. Cierto día descubre su afición a la pintura, y partir de ese momento vivirá sólo para esa pasión. Tal vez entonces su vida se precipite, tal vez Louis se convierta en un pintor célebre y llegue a vender muy caras sus telas, pero siempre verá las cosas con la mirada inocente del niño que fue.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Porque he leído unas cuantas novelas de Georges Simenon, pero solo del comisario Maigret (hace muchos años) y me entró curiosidad por saber cómo son otro tipo de novelas suyas.
¿Mereció la pena?
Me ha sorprendido mucho, me ha parecido una historia muy original, y no me ha recordado a las historias de Maigret. Aunque hace mucho que las leí, así que igual tengo un recuerdo algo distorsionado y se parece más de lo que pienso. Algunas cosas que relata en el libro me parecían muy alejadas de la realidad, claro que pienso en mi realidad, porque leyendo o viendo noticias, esas situaciones realmente pasan incluso hoy en día.
La vida de esta familia es muy dura, en el París de principios del siglo XX, en una zona pobre, en la que no queda más remedio que vivir todos hacinados en una sola habitación, sin intimidad. Y me parece que eso afecta mucho a los personajes, porque parece que todos quieren salir de allí y vivir vidas independientes. Al que más le afecta esa falta de intimidad es al hermano mayor, que de todos los personajes es el que más rechazo me produjo.
El personaje principal es Louis, un niño que es observador, en el sentido de que solo observa y casi nunca interviene, ni juzga, simplemente mira, escucha y se deja llevar… No parece que tenga interés en participar, y eso, por ejemplo, lo convierte en presa fácil de abusadores de su edad, o que nadie parezca tenerlo en cuenta. Pero casi siempre la impresión que me da es que está «anestesiado», que no demuestra sus sentimientos porque no es capaz de sentirlos, o por lo menos no lo hace como los demás. Aun así, va consiguiendo hacer lo que quiere: acompañar a su madre, pintar…
Mi personaje favorito es la madre, Gabrielle, aunque casi no se sabe lo que piensa porque todo se ve a través de los ojos de su hijo más retraído. Tengo que reconocer que no me esperaba una mujer así en una novela de Simenon, me parecía un escritor centrado en los hombres, con las mujeres muy secundarias, como la mujer de Maigret. Por eso encontrar una mujer fuerte, que quiere hacer su vida, pero que al mismo tiempo quiere y se preocupa por sus hijos, ha sido una sorpresa.
¿A quién se lo recomiendo?
A los que quieran comprobar que Simenon es mucho más que Maigret, a los que quieran conocer otras formas de ver la vida, o cómo se vivía en París hace un poco más de un siglo.
Ritmo de lectura
Un ritmo medio, tampoco me ha enganchado tanto como para no parar, pero se lee bien y la historia es interesante.
¿Leerías algo más del autor?
Pues sí, pero sobre todo porque escribiendo su efeméride me han entrado ganas de leer las historias que tiene de misterio sin que aparezca Maigret, que algunos dicen que son mejores que las del famoso comisario.