Sinopsis
Han pasado diez largos años desde que estalló la guerra, y el matrimonio sigue sin conocer el paradero de sus hijos, sin saber si su país fue el agresor o el agredido. Fuera cual fuese el origen de la contienda, él, hombre de campo, y ella, su antigua patrona, siguen amándose y sus vidas transcurren sencilla y rutinariamente.
Un día un muchacho mudo entra en su propiedad. Al principio lo encierran como a un prisionero, pero acaban por tomarle cierto cariño y cuando las autoridades comunican que la zona debe ser evacuada y que tienen que poner rumbo a la ciudad transparente, los tres parten juntos.
Las puertas de la metrópoli muestran una clara advertencia: el aire mece los cuerpos sin vida de los traidores. En su interior, la ciudad transparente es casi un paraíso que provee a sus habitantes de todo aquello que cualquiera desearía en un hogar: armonía, limpieza y protección. Impera un orden riguroso, una calma autoritaria y una absoluta transparencia: no están permitidos los secretos ni las paredes.
En una sociedad en la que lo privado es de dominio público, en un mundo feliz y asfixiante que ataca pasivamente a la dignidad del ser humano, emergen los más estremecedores augurios de nuestro futuro.
¿Por qué me decidí a leerlo?
No había leído ningún libro de este escritor, guionista y director de cine madrileño, pero cuando publica en algún periódico sí que me gusta. Así que decidí indagar en su obra y me encontré con que está identificado con el realismo sucio español, y que ha escrito el guion de Carne Trémula, una peli de Almodóvar que a mí me encanta, y otro guion para Carlos Saura, El Séptimo Día. Buscando alguna novela suya me encontré esta, por la que recibió el Premio Alfaguara 2017.
¿Mereció la pena?
Me ha gustado mucho. Desde una voz humilde, casi sin diálogos y cuando los hay son mínimos, el autor hace una parábola, una alegoría, sobre nuestra sociedad, pero sin moralismos. El jurado que le otorgó el premio dijo que es una obra kafkiana y orwelliana sobre la autoridad y la manipulación colectiva.
Es una novela que nos hace pensar en cómo se nos manipula como individuos y como sociedad, cómo les interesa que no pensemos por nuestra cuenta e intentan dárnoslo todo hecho. Aunque se trata de ficción no está tan lejos de la realidad. También hace una buena crítica en su ciudad transparente a las redes sociales, cómo nos exponemos continuamente, igual que los habitantes de esta ciudad distópica o como en 1984 de Orwell, a la mirada y al juicio de todos. Es una crítica también a los medios de comunicación, con esas pantallas donde se nos dice lo que debemos comer o qué debemos pensar.
Pero lo que más me ha gustado es que parece una historia sencilla, nada efectista, por la ingenuidad del narrador, muy pegado a lo cotidiano y a lo terrenal. Está todo tan bien contado que parece que el autor no hace crítica y no quiere provocarnos; pero el efecto es todo lo contrario: nos hace pensar y mucho sobre el tema.
Por supuesto también es una crítica a la guerra y a la destrucción que conlleva de personas, familias, naturaleza, ideales, deseos… Y es una novela que trata muchísimos temas: la vida y la muerte, la costumbre y la posesión, la paternidad y el engaño, el trabajo y el sindicalismo, el destino y el bien común, el amor y el desamor. También habla del drama del agua, que en muchos países es un grave problema. Pero sobre todo habla de la mierda, si lo leéis entenderéis por qué digo esto.
¿A quién se lo recomiendo?
A los que les guste la ciencia ficción distópica.
A los que les gusten las fábulas pesimistas sobre la obediencia y la sumisión que llevan a la rendición.
A los que les gusten los libros con los que poder identificarse.
Ritmo de lectura
A ritmo trepidante, me lo he leído en dos sentadas, porque me ha gustado lo que cuenta y cómo lo cuenta.
¿Leerías algo más del autor?
Por supuesto, pienso leer muchas más cosas de él, sobre todo porque he leído que esta novela, que es la última que ha escrito, es un giro radical dentro de su trayectoria literaria y quiero saber cómo era el Ray Loriga anterior.
La reseña, diseñada de esta forma, no deja nada al azar, queda muy comleta y aporta toda la información necesaria.
Parece una obra interesante, que invita a la reflexión. Tomo nota de ella.
Muchas gracias, esa es precisamente la intención: que sea lo más clara y completa posible. Y si te lo lees, pásate por aquí y coméntanos qué te ha parecido.