Sinopsis
«Todas ellas quedaron viudas aquella noche del verano de 1944. A partir de entonces en el pueblo de Shitun hubo nueve viudas en plena flor de la vida…»
Ocho adolescentes se convierten en «viudas heroicas» tras liberar a ocho guerrilleros laoba de una muerte segura a manos de los japoneses. La novena viuda, Wang Putao, no recibirá los mismos honores que ellas. Huérfana desde muy niña, pasa a formar parte de la familia de Sun Huaiqing, un próspero comerciante, pero todo cambia tras el triunfo de la revolución comunista comandada por Mao Zedong.
De la mano de esta joven impulsiva y tenaz, Geling Yan retrata la compleja historia reciente de China. Las colectivizaciones agrarias, las purgas de la Revolución Cultural, las luchas internas de los dirigentes políticos, las disidencias y las represiones que cambiaron la Historia se alternan con las batallas cotidianas y las intermitencias del amor en la apasionante vida de Wang Putao.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Por la sinopsis, me entró curiosidad porque no entendía muy bien lo de las viudas (¿es algún tipo de costumbre?), y sobre todo saber por qué excluyen a una.
¿Mereció la pena?
Nada más empezar me pareció una historia desordenada, y por eso no entendía ciertas cosas. La historia es sobre Wang Putao, una huérfana que es comprada a unos nómadas por Sun Huaiqing, y que acaba casándose con uno de sus hijos, pero la autora va dando saltos y a veces te habla de cuando era niña, luego ya está casada, otra vez antes de casarse, pero todo seguido, sin cambio de capítulo ni una marca ni una aclaración. Pero acabé acostumbrándome a esos saltos temporales.
La historia es durísima, empieza en 1944 (aunque retrocede a veces) en China, pero parece la Edad Media. En general todo el pueblo da la impresión de estoicismo ante las hambrunas que sufren, aprovechando lo que sea para comer (hasta tortas de arcilla blanca, porque las sales minerales engañaban el hambre que sentían), pero sin apenas quejarse. También me chocaron las ideas que tenían sobre el matrimonio y sus conversaciones “triviales” que en realidad significaban otra cosa (sobre todo con respecto al sexo). Y me pregunto si es una costumbre ancestral o si era por la época, en la que cualquier palabra fuera de lugar podía traer el castigo y el escarnio público.
Mi personaje favorito es el viejo Sun, el hombre que se apiada de esa niña huérfana y la lleva a su casa salvándola posiblemente de un destino peor (aunque su mujer, que ni siquiera tiene nombre en la novela, parece que solo desea fastidiar a la muchacha). Sun desde el principio me parece una persona buena e íntegra, a pesar de todo lo que le va pasando. Según leía pensaba que, si hubiera más gente como él, el mundo iría mucho mejor. Sobre todo, si se compara con la mayoría de los personajes, que no tienen ni pizca de solidaridad. Y me extrañó sobre todo en las mujeres, que salvo excepciones se dedican a hacerle la vida imposible a las otras. Por eso Putao es considerada un bicho raro, porque ayuda sin esperar nada a cambio, pero explota ante las injusticias.
Putao también es un personaje que merece mucho la pena, aunque en muchas ocasiones parece tan fría que no conseguía “caerme” bien del todo. Aun así, da gusto leer sobre una mujer fuerte, que sabe lo que quiere y defiende lo que le parece justo, aunque no quiera meterse en política. Como dice ella, ¿para qué?, si la historia continuamente se repite y los que ahora son los héroes o los buenos en poco tiempo se convertirán en traidores, y entonces les tocará a los siguientes. En este caso se trata del comunismo en China, pero pasa igual que, por ejemplo, en la Revolución Francesa, donde los que la empezaron iban cayendo en desgracia.
¿A quién se lo recomiendo?
A los que quieran leer historias sobre mujeres fuertes y a los interesados en la historia de la China comunista, desde el punto de vista de los campesinos.
Ritmo de lectura
Pues sorprendentemente ha sido bastante rápido. Creía que tardaría mucho más en leerlo, por el tipo de historia, pero no, ha sido una lectura muy amena.
¿Leerías algo más de la autora?
Sí, aunque probablemente todas sus historias sean duras, su forma de contarlas me gusta.