Sinopsis
La señora Wagner, viuda de un comerciante, está decidida a proseguir los planes de reforma de su difunto marido: la incorporación de las mujeres al trabajo y la reeducación de “los pobres mártires del manicomio” apelando a su “dignidad”. Con este propósito, y acompañada por el “loco” Jack Straw, orgulloso pero leal, viaja a Fráncfort, donde la empresa tiene una filial. Allí su socio, el señor Keller, tiene sus propios problemas: su hijo Fritz insiste contra su voluntad en casarse con Minna, hija de madame Fountaine, una viuda cargada de deudas y de dudosa reputación, pero empeñada, a toda costa, en asegurar la felicidad de su hija. Cuando el señor Keller cae misteriosamente enfermo, madame Fountaine lo atiende con devoción, echando mano de desconocidos remedios creados por su difunto marido, un investigador químico. Todo parece entonces despejado para la boda entre los dos jóvenes. Sin embargo…
La hija de Jezabel (1880) enfrenta a dos viudas tenaces y poco convencionales, las dos capaces de vencer cualquier obstáculo con tal de conseguir su objetivo. Wilkie Collins alterna las comodidades de la casa burguesa con los horrores del manicomio o de la morgue en una novela excéntrica, llena de suspense y de veneno, que no duda en cruzar fronteras.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Porque es de Wilkie Collins y comprobé que no me lo había leído (mirando los títulos que ya tenía).
¿Mereció la pena?
Muchísimo, me encanta como escribe. Aunque sea de la época victoriana y pueda parecer obsoleto, su forma de narrar las historias, mezclando cartas, testimonios en primera persona, diarios, etc., me resulta fascinante y no puedo parar de leer. Y así es justo este libro, distintas formas de narrar la historia porque el que quiere contarla no siempre está presente cuando ocurren los hechos.
Y sobre todo porque me ha sorprendido gratamente su visión feminista, teniendo en cuenta la época. La trama se desarrolla en 1828, pero el narrador escribe 50 años después, y de vez en cuando se reprocha su visión anticuada de las mujeres en la época de los hechos y explica que su tío fue un adelantado a sus tiempos. La mujer de su tío, la señora Wagner, es una mujer que toma las riendas del negocio, que tiene las ideas muy claras sobre qué puede hacer una mujer y que no se detiene ante las muestras de machismo de los socios de su marido.
También madame Fountaine, que es la Jezabel de la novela, es un personaje que merece la pena, capaz de hacer lo que sea por su hija, Minna, que es la típica jovencita pura y virginal de las novelas victorianas (aunque en algunos momentos también saca a relucir algo de carácter). El personaje del «loco» me resultó bastante desconcertante, nunca sabes cómo va a reaccionar, pero es fundamental en la trama.
¿A quién se lo recomiendo?
Pues a los que les guste Wilkie Collins, y las novelas clásicas como las de Charles Dickens, pero sin esperar el mismo tipo de novela. Aunque fueran amigos y colaboradores son dos estilos distintos. Wilkie Collins fue uno de los primeros en escribir novelas de misterio, y en teoría se recomienda empezar por La piedra lunar, que es la primera (y mejor) novela de misterio reconocida como tal, pero esta novela también es una buena opción para los que no conocen a Wilkie Collins.
Ritmo de lectura
Otro que me he leído muy rápidamente, aunque no sea la clásica novela de misterio que tanto me enganchan. En este caso es sobre todo el estilo de escritura de Wilkie Collins lo que me atrapó.
¿Leerías algo más del autor?
Sí, por supuesto, me encanta Wilkie Collins, y ya me he leído unos cuantos, pero no sé si me quedan muchos por leer de él. Últimamente están publicando más, así que creo que me quedan unos cuantos que leer.