Una vez que un autor o autora muere nos deja su legado, que son esas historias que escribió y publicó. Pero casi siempre quedan escritos sin publicar, porque no pudieron terminarlos o porque no pensaban que fuera adecuado publicarlos. ¿Y qué pasa con esos textos? Algunos dejaron claro que querían que se conocieran, otros probablemente ni se preocuparon, y otros pidieron expresamente que fueran destruidos… Pues de todo eso va esta nueva entrada de Cajón de sastre.