Sinopsis

Tras mucho tiempo sin apenas verse ni tratarse, Gabriel decide llamar a sus hermanas y reunir a toda la familia para celebrar el 80 cumpleaños de la madre y tratar así de reparar los viejos rencores que cada cual guarda en su corazón, y que los han distanciado durante tantos años. Aurora, dulce y ecuánime, la confidente de todos y la única que sabe hasta qué punto los demonios del pasado siguen tan vivos como siempre, trata de disuadirlo, porque teme que el intento de reconciliación agrave fatalmente los conflictos hasta ahora reprimidos. Y, en efecto, la primera llamada de teléfono desata otras llamadas y conversaciones, inocentes al principio y cada vez más enconadas, y de ese modo iremos conociendo las vidas de Sonia, de Andrea, de Horacio, de Aurora, del propio Gabriel y de la madre, y con ellas la historia familiar, desde la infancia de los hijos hasta la actualidad. Tal como temía Aurora, las antiguas querellas van reapareciendo como una lluvia fina que amenaza con formar un poderoso cauce al límite del desbordamiento.

¿Por qué me decidí a leerlo?

Me lo recomendó una amiga con la que coincido casi siempre en libros, y, además, vi muy buenas críticas en varios periódicos y en Instagram.

¿Mereció la pena?

Me ha gustado mucho esta historia que en un principio parece muy sencilla, muy familiar, que nos suena de nuestras propias familias y de las de los demás, líos entre los miembros, rencores y odios, pero poco a poco se va complicando y no es tan sencillo lo que sucede. Pero lo que más me ha gustado es cómo lo cuenta el autor, nada es al principio claro, todo está disperso y confuso, para después montar un mosaico familiar en el que todo encaja.

En la familia hay una escuchadora nata, Aurora, y los demás tienen muchas ganas de contar todas las miserias familiares, así que en ella depositan cada uno su versión. Y lo cierto es que ninguna de ellas coincide, pero a pesar de eso al final del libro nos queda claro cuál es la verdad, y no las versiones que cada uno tiene de los acontecimientos. Esto es lo que más me ha gustado del libro, que, gracias a esa estrategia del autor, ni tan siquiera podemos llegar a imaginar el tremendo final al que llega. Si a esto le sumamos la magnífica prosa que tiene Landero, que me gustara era lo normal. El autor describe de una forma maravillosa, y, dejándose de florituras, lo cuenta muy bien, con pocas palabras.

Además, me gustan las novelas de familias llenas de silencios, aunque hablen mucho; de agravios; de traumas que se crean ellos mismos o se los procuran los demás; de muchos reproches de todos para todos, pero que se suelen hacer cuando la cosa ya no tiene remedio; de los que se hacen las víctimas, aunque no lo sean y, por el contrario, esas víctimas que no saben ni ellos ni nadie que realmente lo son. Y también me gusta que se trate a la familia sin edulcorantes, porque lo cierto es que la mayoría de ellas tienen dentro muchas frustraciones. Por último, me gusta que el autor solo lo cuente y no se juzgue a ninguno de los protagonistas.

Otra cosa que me ha parecido original es que vamos viendo las diferentes versiones de cada uno de ellos cuando llaman por teléfono a Aurora. Son conversaciones telefónicas, a veces a varias voces, para contarle esas vivencias que para todos son las mismas, pero cada uno la ve desde su diferente punto de vista, y cómo ven a los demás miembros de la familia. Por supuesto ellos siempre son los buenos de la película y los demás son los malos malísimos.

Me han parecido unos personajes estupendos. La madre intransigente y dominadora; Aurora, la nuera, escuchadora oficial, buena persona, pero ya un poco harta de ser el paño de lágrimas de todo el mundo; las hijas, dos odiadoras natas, que odian a diestro y a siniestro; el yerno, una mente trastornada y viciosa, un auténtico bicho; el hijo y marido de Aurora, un hipócrita redomado; y el padre, que en principio parece el mejor, pero quizás es porque está muerto.

¿A quién se lo recomiendo?

A los que os gusten los libros sobre familias que tienen muchos rencores y muchos odios.

Ritmo de lectura

Rapidísimo.

¿Leerías algo más del autor?

Por supuesto.