Sinopsis

Corren los años treinta en Madrid y las trabajadoras de un distinguido salón de té cercano a la Puerta del Sol ajustan sus uniformes para comenzar una nueva jornada laboral. Antonia es la más veterana, aunque nunca nadie le ha reconocido su competencia. A la pequeña Marta la miseria la ha vuelto decidida y osada. Paca, treintañera y beata, pasa sus horas de ocio en un convento y Laurita, la ahijada del dueño, se tiene por una «chica moderna». Únicamente Matilde tiene ese «espíritu revoltoso» que se plantea una existencia diferente. Todas trabajan por un salario de hambre y una absoluta falta de expectativas. Están acostumbradas a callar: frente al jefe, frente al marido, frente al padre. Su vida se traduce en esta reflexión de Matilde: «Diez horas de trabajo, cansancio, tres pesetas».

Autora sin sombrero de la Generación del 27, Luisa Carnés escribió esta portentosa novela social rompiendo los esquemas narrativos de la época. Una voz fundamental para acercarnos a la realidad de las mujeres españolas de comienzos del siglo XX.

¿Por qué me decidí a leerlo?

No había leído nada de esta autora y me habían recomendado el libro. El tema me interesó y me parecía fatal haber leído a muchos autores de esta generación, y, sin embargo, a pocas «sin sombrero», así que estoy subsanando el error de no haberlas leído.

¿Mereció la pena?

Me ha gustado mucho esta obra en la que se habla de la desigualdad que vivían las mujeres en los años previos a La República, tanto en el marco laboral como en sus vidas privadas. Nos cuenta cómo tienen que trabajar y, además, muchas cuidan de sus familias, por lo que el trabajo es el doble. Lo normal era que tuvieran muy baja cualificación y encadenaban un trabajo mal remunerado tras otro. Y, por supuesto, por debajo de los salarios de los hombres.

Lo que más me ha gustado de la novela es que se escribe desde el punto de vista femenino de la autora, y en ella se habla de muchas cosas muy importantes para la mujer de aquella época, como el divorcio, la maternidad, el matrimonio, la educación, el aborto o el derecho al voto. Nos cuenta cómo para las mujeres de clase baja la vida era solo penar desde la infancia, y que eran objeto de explotación en los trabajos, ya fueran pastelerías, cafeterías como la de la novela, o talleres, fábricas, tiendas, etc.

Otra cosa que me ha gustado es que nos lo cuenta bajo distintos puntos de vista: el de la mujer religiosa, el de la mujer frívola que solo quiere encontrar un hombre rico y casarse para salir de la pobreza, o también la mujer concienciada socialmente. Lo curioso es que, a pesar de la cantidad de años que han pasado, todavía hoy en día se tiene que seguir luchando, día a día, por la igualdad social y laboral de las mujeres en todo el mundo.

La autora pensaba que la mujer tiene derecho al voto, pero siempre y cuando tenga educación política. También abogaba por las asociaciones sindicales y asociaciones femeninas, que entonces empezaban a surgir y que ponían de los nervios a los empresarios. Así que con esta novela nos demuestra su compromiso político.

¿A quién se lo recomiendo?

A todos aquellos que queráis conocer a una autora de las llamadas sin sombrero.

A los que creáis que aún no se ha alcanzado la igualdad entre mujeres y hombres.

A los que os guste adentraros en el ambiente de trabajo de una pastelería, en los años treinta.

A los que os gusten los libros que critican abiertamente la sociedad.

Ritmo de lectura

Rapidísimo.

¿Leerías algo más de la autora?

Seguro que sí.