Sinopsis
Ausias Susmozas, manirroto patriarca del Pigalle, teatro que conoció grandes días de gloria, se fue a dormir el primero una sola vez en su vida. Sucedió hace escasos días: cuando las deudas eran ya más poderosas que sus excusas, agarró el petate y se mudó al otro barrio. Su muerte reúne por primera vez en mucho tiempo a sus tres hijos, para los que eligió nombres que empezaban por las tres primeras letras del abecedario. Ya en este céntrico teatro madrileño con pasado de oropel y futuro de gotelé, Argimiro, Bartolomé y Críspulo parecen dispuestos a recoger un consuelo monetario que compense el nulo cariño que les dispensó su progenitor. Pero las deudas, como la alopecia, se heredan, así que ahora deben enfrentarse al desastre: el banco se quedará el Pigalle si no logran reunir el dinero suficiente. La única solución a este fenomenal brete pasa por ganar una subvención mediante el estreno, en un plazo de cinco meses, de un montaje teatral que llevará por título La vida. Pero, como sabemos, las familias desgraciadas lo son cada una a su manera, así que deberán lidiar con sus monederos vacíos, con un director inepto, con un grupo de pensionistas como único apoyo técnico, con actores reclutados en un grupo de terapia y con sus propias vidas, que no lograrían una cédula de habitabilidad ni con la ayuda del supervisor más conchabado
¿Por qué me decidí a leerlo?
Me apetecía leer algo de este autor más que nada por su biografía, ya que se dedicaba al cine, teniendo su propia productora, El Lápiz de la Factoría, con la que ha dirigido varios cortos, y ha estado nominado a los Goya por Manualidades y ha ganado uno con Caracol Col Col. También ha dirigido varias películas. Me gusta mucho leer a autores que se dedican también al cine, ya que la literatura y el cine son dos de mis muchas pasiones.
¿Mereció la pena?
Me ha parecido muy divertida, durante su lectura tienes todo el tiempo una sonrisa y de vez en cuando te carcajeas. Es una sátira costumbrista, un sainete, sobre todo por el lenguaje anacrónico que utiliza, basado en una experiencia parecida que le pasó al autor hace muchos años. Y desde aquí el autor arremete contra todo y contra todos, no deja títere con cabeza, mientras nos cuenta todas las miserias humanas dentro y fuera del montaje de una obra de teatro.
Los protagonistas lo pasan fatal, sobre todo porque no tienen dinero y lo que nos intenta contar es que lo importante no es tanto el dinero, sino el saber enfrentarse a los problemas, intentar solucionarlos y sobre todo ser persona. Todo lo rodea de escenarios terribles, pero viéndolo con mucho optimismo. A los personajes les pasan todo tipo de catastróficas desdichas, todo lleno de escenas muy absurdas y a veces también muy estrafalarias, pero no por ello menos reales. Al final los personajes resultan muy entrañables y cuando terminas la lectura del libro les tienes hasta cariño.
Con mucha comicidad nos cuenta que hay siempre que levantarse después de las desgracias, tirar hacia delante, luchar para conseguir lo que quieres y no pensar que todo lo soluciona el dinero, porque sin él también se pueden hacer muy buenas cosas. Lo importante es sentirte satisfecho contigo mismo. Y sobre todo me ha gustado que no haga moralina de todo ello.
El autor tiene un estilo muy peculiar de escribir, ya os he comentado lo del anacronismo del lenguaje, usando palabras que ya no se utilizan, y tiene mucho humor y mucha gracia.
¿A quién se lo recomiendo?
Se la recomiendo a todos los que quieran pasar un rato divertido, riendo con estos personajes que parecen sacados de un sainete antiguo, donde el autor hace una crítica brutal de la sociedad y no deja títere con cabeza.
Ritmo de lectura
Muy rápido.
¿Leerías algo más del autor?
Sí, ya tengo hasta pensado cuál va a ser el próximo título que lea de este autor: Los asquerosos, me apetece mucho leerlo.