Sinopsis
La tragicómica niñez de Mary Karr en una localidad petrolera del este de Texas nos presenta a unos personajes tan misteriosos como divertidos: un padre bebedor, una hermana que con doce años le planta cara a un sheriff, una madre con un sinfín de matrimonios a sus espaldas y cuyos secretos amenazan con destruirlos a todos. Precisamente, será la madre, ese personaje maravilloso, quien se convertirá a lo largo del libro en la clave de esta gran historia, de esta novela autobiográfica e inolvidable. Un libro mítico sobre los años 60 y unas vidas muy singulares.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Una amiga de la que me fío, porque no suele fallar, me lo recomendó y seguí su consejo.
¿Mereció la pena?
Ha merecido la pena, y mucho, para volver a darme cuenta de que la realidad muchas veces supera a la ficción. Es una novela autobiográfica, pero muy distinta a las demás. Es claramente una tragicomedia que no deja para nada indiferente. Son todos los recuerdos de la protagonista de manera muy desenfadada, y a veces un tanto excéntrica, en la que nos cuenta que tiene unos padres que la quieren, pero que eso no quiere decir que la protejan y le den seguridad. Mary Karr ha sido consciente de que contar su vida de manera demoledora no servía de mucho, que la risa es lo más importante y se ha reído de todo y de todos, dejando la tristeza lejos.
En este caso una niña maleducada nos cuenta los singulares, divertidos y caóticos acontecimientos de su familia en la América profunda en los años 60. La autora representa muy bien el entorno que les rodea, en una tierra hostil llena de serpientes y otros bichos, así como también una tierra contaminada por el petróleo. Su padre y amigos trabajan todos en plataformas petrolíferas. El título del libro hace referencia a un grupo de amigos del padre, que se reúnen para comer y sobre todo beber. Y en esas reuniones compiten por ver quien cuenta la mejor historia de todas, exagerando hasta la saciedad. A estas reuniones iba la protagonista durante toda su niñez, en ellas pescaban, jugaban al billar y siempre estaba rodeados de alcohol, incluso ella bebía.
La autora es muy directa contándolo, no omite nada, ni siquiera las barbaridades, pero siempre con mucho sentido del humor, un humor muy negro. Pero también mucha sensibilidad, sobre todo en la relación que mantienen las dos hermanas, y por eso es digna heredera de la tradición del estilo gótico sureño. Muchas de las cosas que cuenta son dolorosas, hay partes muy duras, pero aun así lo hace con mucha ironía y comicidad. Y con narrativa muy amena. Sonreí durante todo el libro, pero sin llegar a la carcajada. Es muy mordaz, corrosiva y brutal, pero también está llena de buenos ratos llenos de ternura y de cariño.
¿A quién se lo recomiendo?
A los que les gusten las biografías, pero no al uso. Es decir, biografías con humor, pero a la vez corrosivas y brutales, de las que sales sin duda tocado, cuando ves que hay muchas formas de vivir y no se parecen en nada a la tuya.
A los que les gusten las novelas que tratan sobre la América profunda en los años 60.
Ritmo de lectura
Es un libro ágil y he llevado un ritmo muy rápido.
¿Leerías algo más de la autora?
Claro que sí.