Sinopsis
Las manos pequeñas se encuadra en esa selecta nómina a la que pertenecen Los chicos terribles de Cocteau o El señor de las moscas de William Golding, retratos sin complacencias de la infancia, conmovedores e inquietantes por igual. Marina, de siete años, recién ingresada en un orfanato tras la muerte accidental de sus padres, se convertirá para todas sus compañeras en la admirada y la excluida, en la pauta que permitirá medir la vida que no se ha tenido y en el final del paraíso de la ingenuidad. Como en la vida, el dolor de amar lo que no se comprende se solapa al sufrimiento de no pertenecer al grupo, hasta que la imaginación crea estrategias para sobreponerse a la realidad e inventa el juego. Un juego que sólo podrá ser jugado seriamente, con la violencia con la que sólo se juega en la infancia.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Porque en la sinopsis decía que era del estilo de Los chicos terribles o El señor de las moscas. Además, no había leído nada de este escritor y traductor madrileño, y me apetecía acercarme a sus libros.
¿Mereció la pena?
Me sentí engañada con la información de la contraportada, porque lo cierto es que no se parece en nada a las dos novelas que nombran, solo guarda cierto parecido porque salen niños. Me parece fatal que las sinopsis de los libros desorienten tanto al lector, no es la primera vez que me pasa.
Es un libro con una forma poco habitual, no es una novela al uso. Es un cuento corto que intenta ser de terror psicológico, donde crees que va a pasar mucho más de lo que pasa por la forma de narrarlo. A pesar de eso a mí no me dio ningún miedo, si me lo hubiera dado no lo hubiera leído, porque odio los libros de terror. No sé si la palabra es odiar o es que me muero de miedo, pero nunca leo ese tipo de libros.
El libro está basado en una historia real ocurrida en un orfanato de Río de Janeiro. El autor la describe como «una historia de amor, de las estrategias infantiles para dar a entender que necesitamos ser amados, y todos los gestos, que se convierten en violentos, para conseguir esa inclusión» en la comunidad infantil, en este caso en un orfanato. El autor nos habla en esta novela de la pérdida y la ambigüedad de las emociones en la infancia.
Antes he dicho que no es una novela al uso y ahora explico por qué creo esto: el autor podría haber descrito con todo tipo de detalles el orfanato, cómo viven las niñas en él, cómo se comportan, nos podría haber contado cosas de las internas… Y, sin embargo, lo principal es lo que piensa la protagonista, Marina, y lo demás queda reducidísimo, condensadísimo y con una cierta indeterminación temporal. No es la típica novela de orfanatos u hogares de acogida que todos hemos leído en algún momento, empezando por los de Dickens. Lo más importante es enseñarnos cómo llega Marina al sitio, a raíz de un accidente, y la hostilidad y a la vez fascinación que van a sentir tanto ella hacia sus compañeras como sus compañeras hacia ella.
Además de la versión de Marina, aparecen otros dos puntos de vista, para que contrastemos las diferentes miradas que nos quiere mostrar. Hay capítulos narrados en tercera persona, en los que cuenta la historia de Marina hasta llegar al orfanato, y en otros hay una narradora en primera persona, pero que utiliza el «nosotras». Se supone que es la voz de otra niña, pero lo cuenta de manera impersonal, sin nombre propio, y en nombre de todas las compañeras del orfanato. Es ella la que nos muestra los sentimientos que tienen hacia Marina, de hostilidad, pero también de fascinación.
Tanta omisión de datos, tantas cosas sin explicar, tan poca información de casi todo, tantas frases breves y reiteradas me parecieron un poco drásticas por parte del autor. Debe ser que me gustan las novelas donde todo se pormenoriza mucho más. Me ha parecido una lectura un poco rara. Eso sí, con un final potente, y donde la historia no es lo importante, lo que importa es a dónde te quiere llevar el autor con esa historia.
¿A quién se lo recomiendo?
A los que no quieran una novela normal y les gusten las rarezas.
A los que les gusten los libros crueles, angustiosos y que inquietan.
Y a todos los que les gusten las fábulas que hablan del peligro que tiene meterse en un grupo homogéneo, donde te pueden adorar y admirar, pero también rechazar, porque la sociedad suele rechazar todo aquello que es diferente.
Ritmo de lectura
Muy rápido. Me lo leí en varias horas de una misma tarde, mientras me hacían una mudanza y yo no podía hacer nada más que leer.
¿Leerías algo más del autor?
Seguramente sí. Tiene una forma especial de contar las cosas, no es un novelista como tantos otros, por lo que me parece innovador y me gustaría leer algún otro libro suyo.