Sinopsis

Estamos ante el largo diario de un escritor frustrado que desgrana su infancia y su adolescencia en los arrabales de una ciudad comunista, devastada, gris y fría, una Bucarest alucinada, dotada de una melancolía abrumadora. Profesor de Rumano en un instituto de barrio, con una carrera literaria fracasada y una profesión que no le interesa, compra una casa antigua con forma de barco, construida por el inventor de un solenoide, que alberga una extraña maquinaria, un sillón de dentista dotado de un tablero de mandos. Pronto intima con una profesora que ha sido captada por una secta mística, la de los piquetistas, que organizan manifestaciones nocturnas por los cementerios de la ciudad y por la Morgue. Mientras tanto, el narrador se enfrenta a alucinaciones que le revelan la verdad de su existencia.

¿Por qué me decidí a leerlo?

A veces lees una reseña sobre un libro porque te llama la atención y luego encuentras noticias del libro por todas partes. Eso fue lo que me pasó con Solenoide. La primera vez fue que leí algo del libro fue en Babelia, el suplemento de libros de El País, y a partir de entonces no dejé de leer cosas en otros periódicos o algún amigo me hablaba de él. Si todo el mundo hablaba sobre este libro de Mircea Cărtărescu, debía ser una buena idea leerlo. Además, algunos consideran que el autor podría ser el primer escritor en lengua rumana en obtener el Premio Nobel de Literatura, así que lo encargué y tardaron un montón de tiempo en conseguírmelo. Fue grande mi sorpresa cuando vi que tenía casi 800 páginas y que costaba 28 euros, que sinceramente me parece caro. Así que empecé a leerlo esperando que me gustara mucho.

¿Mereció la pena?

No es un libro de lectura fácil, hay partes que me han parecido magníficas y otras que no tanto. Es un libro dual; tiene una parte realista, la que me ha encantado, y otra onírica, que me ha gustado menos. Todo el libro tiene esta dualidad, su protagonista también. Por el día, la parte realista, es un gris profesor de lengua rumana, en un colegio gris de una gris Bucarest. Y, por la noche, es un hombre con alucinaciones y sueños que le dan miedo. En la parte real nos muestra toda una vida. El profesor recuerda su niñez y su juventud, así como su día a día en su trabajo en el colegio, y nos enseña la Bucarest deprimida de los años 80, una ciudad muy triste. En la parte onírica hay cabida para todo: recuerdos, sueños, ciencia, imaginación, arte, otros mundos… Os pongo el ejemplo de que hasta un cubo de Rubik le sirve para llenar páginas planteándose la vida, lo que vemos y lo que sentimos.

El retrato de Rumania en las décadas de los sesenta, setenta y ochenta es demoledor. Nos enseña una vida triste, sin esperanzas, con miedo, como si fuera una prisión, y lleno de soledades, dolor y vacío. Esta es la parte real, que, como decía, es la que más me ha gustado, a pesar de lo triste que puede llegar a ser. La otra vertiente de las noches y los sueños está llena de alucinaciones del protagonista y parece como si fuera otra novela aparte. Aquí hay mucho de alegoría, y es la parte que para mí ha llegado a ser más compleja y me ha hecho ir más despacio en la lectura.

A veces es totalmente experimental. Es capaz de repetir la palabra «socorro» 488 veces seguidas. Yo creo que así es como debería haberse titulado el libro: Socorro. Porque esa es la sensación que deja, de alguien que quiere que le salven de la vida: la real y la de los sueños. La novela tenía como título provisional Mis anomalías, pero después el autor se decantó por Solenoide, un término aplicado a la bobina electromagnética, que se encuentra debajo de algunos edificios de la ciudad. A este solenoide le atribuye un fantástico poder, como superar los límites o abrirse a otras dimensiones.

Muchas partes del libro están llenas de filosofía. Con la excusa de contarnos la vida de un profesor que tiene una vida rutinaria, nos lleva hasta una secta que se moviliza para protestar contra la muerte. También aparece la distopía en la obra, con su fijación con insectos y parásitos y todo ello magnetizado con el solenoide. Cuando presentó el libro en Madrid, en la librería Alberti, el autor dijo que el libro recoge muchos detalles biográficos. Incluso los seres que se le presentan en los sueños al protagonista son reales y no sueños, que a él también se le presentaban. Pero no podemos saber si esto es cierto o solo fue para darle juego a la presentación.

Por último, decir que el trabajo de la traductora Marian Ochoa de Eribe es magnífico. Me imagino que no debe ser fácil traducir una obra tan colosal, de tantas páginas y con tantas palabras técnicas y filosóficas del rumano, para que en todo momento entendamos cada una de las palabras y las frases como si se hubiera escrito el libro en nuestro propio idioma.

¿A quién se lo recomiendo?

A los que les gusten los libros que en algunos momentos representan la realidad, pero en otros dejan de ser reales y se convierten en oníricos.

A los fans de la literatura europea, porque este autor es una buena muestra de la literatura rumana, y se baraja en las quinielas como futuro Premio Nobel de Literatura.

A los que no les importe que, en muchas de las 800 páginas que tiene el libro, se hable tanto de filosofía.

Ritmo de lectura

En toda la parte real del libro he ido muy rápida, me gustaba mucho y me apetecía continuar leyendo. Otra cosa ha sido la parte onírica y filosófica, que me ha hecho ir más lenta en la lectura.

¿Leerías algo más del autor?

Seguro que sí.