Sinopsis
«Nací cuando mis padres ya no se querían», recuerda Adriana, mucho después de que todo haya sucedido. Por ello, la niña se crea un paraíso propio, poblado por amigos imaginarios y una familia de su elección. Esta felicidad a medida se ve perturbada cuando Adriana debe iniciar el periplo escolar y entrar definitivamente en el mundo de los adultos, un entorno que le resulta ajeno cuando no hostil. Sin embargo, siempre queda un refugio bajo las relucientes estrellas escondidas en los cristales de la lámpara del salón.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Mi madre, a sus 89 años, es tan leona como yo, no le gusta mucho ver la tele y dedica sus tardes a leer. Le dejé este libro y cuando lo terminó me dijo que le había gustado mucho. Eso me animó a compartirlo con vosotros, con una relectura, porque yo ya lo había leído en 2008 cuando se publicó por primera vez y me había gustado mucho, ya que es buena literatura.
¿Mereció la pena?
Me encantó cuando lo leí y me ha vuelto a encantar en esta relectura. Con un argumento sencillísimo nos recrea un maravilloso mundo infantil que me ha hipnotizado desde el principio. Es un libro simpático, entrañable, dulce, imaginativo, y, sobre todo, nos enseña la inocencia y la alegría de la infancia, con un maravilloso despliegue de criaturas mágicas. Parece un cuento, pero no os creáis que es un libro para niños. Trata sobre la infancia, pero es para adultos. Creo que me ha gustado tanto porque describe muy bien las sensaciones mágicas que los adultos hemos olvidado.
En el mundo de la escritora siembre hay ambivalencias, entre el bien y el mal, la alegría y la tristeza, o la felicidad y la desgracia. Aquí el bien y la felicidad los encontramos en la infancia de esta niña, todos tenemos algo de Adriana dentro, o al menos ese es mi caso. El mal está en los Gigantes, o sea, el mundo de los mayores donde abundan las apariencias, los egoísmos y todo es artificial y engañoso.
Sin parecerlo, tiene una gran crítica social, característica en la autora: paralelamente a la historia de Adri se va desarrollando en España la República y el inicio de la Guerra Civil. Aunque no les da protagonismo, sí que nos enseña los prejuicios sociales de la época y la mentalidad conservadora de la burguesía acomodada. Me han encantado los personajes porque todos son muy entrañables, pero si tengo que elegir me quedo con Adriana, claro, tan llena de ternura y emotividad.
Lo que me ha gustado mucho es lo bonita que es la narración, el buen uso que hace del castellano la autora, con un lenguaje muy poético. Termino con una bonita frase que Ana María Matute dijo cuando le entregaron el Premio Cervantes en 2010:
Y me permito hacerles un ruego: si en algún momento tropiezan con una historia, o con alguna de las criaturas que transmiten mis libros, por favor créanselas. Créanselas porque me las he inventado.
¿A quién se lo recomiendo?
Se lo recomiendo a los que les gusten los cuentos, las historias sencillas llenas de criaturas mágicas.
También a los que les gusten las críticas sociales y los libros que nos hablan de la familia y de la soledad.
A los que les guste fijarse no solo en lo que acontece en el libro, sino también en la forma, porque esta novela merece la pena leerla despacito para ver lo bello que es nuestro idioma cuando se sabe usar bien.
Ritmo de lectura
Se deja leer sin ninguna dificultad, es fácil de leer, no es muy larga y yo he pasado muy buen rato, así que ha sido un ritmo rápido.
¿Leerías algo más de la autora?
Creo que he leído todos o casi todos los libros de esta autora, pero también estoy segura de que releeré algunas de sus novelas en algún otro momento.