Sinopsis
Cierra la trilogía Crónicas del desamor, La hija oscura, donde encontramos a Leda, una mujer que se cree sola y libre en un pueblecito de playa, pero el encuentro con una familia muy peculiar la obligará a revisar las relaciones que ha mantenido con sus hijas y descubrir cuáles son los lazos que las unen. Una y otra vez, una trama en apariencia banal se convierte en un arma en manos de Ferrante. Su modo de contar hace daño y alivia a la vez, y eso quizá porque ahí estamos todos, aunque duela reconocerlo.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Si he leído la primera y la segunda novela de la trilogía, tengo que leer la tercera.
¿Mereció la pena?
Ferrante es una maestra contándonos la amistad entre mujeres o más bien la simpatía mutua que las mujeres pueden sentir unas por otras. Otro tema recurrente de la autora es la huida de sus protagonistas de las ciudades de su niñez y su entorno para superarse culturalmente y como personas, pero que no pueden cortar de raíz con su pasado. Y en esta novela en concreto habla sobre la maternidad, y no precisamente de forma dulce. Nos presenta a una mujer que revisa cómo fue y cómo es la relación con sus hijas, en un círculo de amor-odio, creyéndose una mujer independiente cuando por el contrario depende totalmente de su pasado, como madre y como hija.
¿A quién se lo recomiendo?
A los que les encanten las novelas donde se muestras las fobias de los autores; en este caso la infancia, las madres, la lucha constante por ser mujer independiente sin tener que ser “la mujer de”, el tener una identidad propia y no quedar difuminada por un marido o unos hijos… A los que les gusten las historias sobre mujeres que luchan y se hacen a sí mismas.
Ritmo de Lectura
Ritmo rápido porque tenía mucho interés por saber cómo, partiendo de temas muy banales, se puede hacer una novela que te resulta tan interesante y que acaba llevándote a temas importantes de la vida.
¿Leerías algo más de la autora?
Me ha encantado la trilogía y mucho más la tetralogía anterior, así que siempre estaré encantada de leer a Elena Ferrante, porque siempre habla de mujeres luchadoras.